El 'estilo propio' de Pérez Lasa
El árbitro andoaindarra será homenajeado el próximo 14 de junio tras retirarse al final de esta temporada
EL estilo propio de Miguel Ángel Pérez Lasa sobre los terrenos de juego ha propiciado que un grupo de amigos organice el homenaje que se le tributará el próximo 14 de junio, una vez finalizada su carrera como árbitro.
Después de 30 años como colegiado, más de la mitad -16- en Primera División, Pérez Lasa colgará su silbato al final de la presente temporada y dirá adiós a una dilatada trayectoria deportiva al máximo nivel. Por este motivo tendrá lugar un acto en el Kursaal de Donostia bajo el lema Pérez Lasa, homenaje a un estilo propio. "Nuestra intención es hacer del evento no solo un reconocimiento a su carrera, sino conseguir que sea una fiesta del arbitraje y del fútbol guipuzcoano", señalan desde la comisión organizadora del evento.
Los organizadores del homenaje describen al árbitro andoaindarra como "auténtico en su carácter, en su personalidad y en su forma de dirigir un partido de fútbol. Mikel ha sido un árbitro especial, sin copia".
Miguel Ángel Pérez Lasa ha representado al arbitraje guipuzcoano en la máxima categoría del fútbol estatal, motivo por el que finalmente han organizado este homenaje abierto para todo el público y cuya entrada cuesta 70 euros. Los interesados pueden escribir un correo electrónico a la dirección info@homenajeperezlasa.com.
Una vida dedicada al arbitraje
Desde 1980 a 2013
Pérez Lasa comenzó en el mundo del arbitraje en 1980 gracias a su padre, Paco, que le animó a dirigir partidos de fútbol sala en Andoain. En 1983 ingresó en el Colegio Guipuzcoano de Árbitros y fue auxiliar del colegiado de Primera Urio Velázquez. En 1989 comenzó a arbitrar en las categorías de Tercera y Segunda División B, pero rápidamente ascendió a la categoría de plata del fútbol estatal, donde se estrenó en 1995 en un Leganés-Real Madrid B.
Su gran progresión durante dos años en Segunda le hizo subir a Primera División en 1997, donde ha permanecido durante 16 años. El colegiado guipuzcoano fue uno de los más jóvenes en dirigir 200 encuentros, cifra que alcanzó hace cuatro años, en 2009.
Y tras superar los 270 partidos en la máxima división, el mes pasado le tocó el premio de arbitrar el clásico entre el Real Madrid y el Barcelona. Un partido que acabó con victoria madridista por 2-1 y una polémica que le hizo expulsar a Víctor Valdés al final.
De esta manera, después de una larga trayectoria, decide colgar las botas... y el silbato este árbitro con estilo propio.