Los loros y algunos otros tipos de aves son capaces de repetir algunas palabras o pequeñas frases que oyen de los seres humanos a su alrededor, y eso ha dado siempre mucho juego si se les enseña a decir cosas curiosas o incluso insultos y los pronuncian cuando llega gente nueva a su entorno.

Pero también pueden aprender palabras sin que les enseñen, y el problema llega cuando memorizan una frase que no deberían, o al menos que la persona que la pronunciaba no quería que se la aprendiesen. Eso es lo que ha pasado precisamente en Turquía y la consecuencia de la frase de los loros ha terminado con una pareja rota y acudiendo a los tribunales.

La frase que desvela la infidelidad

Según informa Haber, un hombre descubrió que su esposa lo estaba engañando gracias a los dos loros que vivián en casa con ambos. Cuando los animales empezaron a repetir constantemente la frase “Mi marido no está, ven”, el hombre interpretó rápidamente que los loros habían escuchado decir esas palabras a su mujer, que al parecer aprovechaba cuando él no se encontraba en casa para traerse a su amante al domicilio que compartían.

El esposo dio credibilidad a las palabras de los loros y ha acabado acudiendo a los tribunales para interponer una demanda contra su pareja, aunque no han trascendido sus nombres. Este pasado lunes 25 de marzo las dos partes fueron citadas para comparecer ante un juez en el Palacio de Justicia de Estambul.

Los loros, testigos

Así lo dejó constatado el abogado del hombre, Ted Buckland, que subió a sus stories de Instagram una foto de su cliente de espaldas con los dos loros sobre los hombros dirigiéndose a declarar al Palacio de Justicia. Más tarde compartió el documento en la red social X (antes conocida como Twitter), donde acumula cerca de medio millón de visualizaciones y más de 4.000 likes.

“Vamos a escuchar a los testigos del caso de nuestro cliente, que se enteró de que lo engañaron gracias a que sus loros repetían: ‘Mi marido no está en casa, ven”, ha escrito el abogado en el post de la red social de Elon Musk junto a la foto del hombre. Con lo de ‘escuchar a los testigos’ se refería precisamente a los dos loros, que acudían al juzgado junto con su dueño para ver si eran capaces de repetir ante el juez la frase que desveló la supuesta infidelidad de la mujer.