Donostia reúne una riqueza cultural, gastronómica y patrimonial difícil de igualar. La excelencia culinaria convive con inabarcables barras de pintxos, alrededor de las cuales se arremolinan locales y visitantes. Su potente oferta cultural tiene en el Zinemaldia y el Jazzaldia a sus máximos exponentes. El deporte se vive con pasión en la Bandera de La Concha y con el orgullo de ser cuna de la Real. Tradiciones como la Tamborrada mantienen viva nuestra identidad. Y su “marco incomparable” la convierte en uno de los destinos más admirados del mundo. Próximamente, el reportaje completo en este periódico.