Hay quien toma con miedo y hay quien da la bienvenida la irrupción y ascenso del partido Aliança Catalana (AC) Gestiona una alcaldía, la de Ripoll, localidad donde crecieron parte de los terroristas que perpetraron los atentados del 17 de agosto de 2017. Ese bastón de mando ha permitido a Sílvia Orriols, su líder, acceder a uno de los dos escaños en el Parlament de Catalunya. La proyección del último estudio de prospección sociológica sitúa a AC como tercera fuerza, por detrás del PSC y ERC; y empatada a 19-20 escaños con Junts.

El periodista y escritor Xavier Rius Sant califica a AC como "uno de los dos hijos bastardos del procés". Aclara que emplea el término en el sentido estricto, no despectivo: como consecuencia del final del procés, la sociedad ha optado por AC y por Vox como solución. En su último libro, analiza el nacimiento, la consolidación y el crecimiento de AC.

¿Quiénes son ‘Els nostres ultres’?

Aliança Catalana (AC), el partido de Sílvia Orriols, que se nutre de dos frustraciones o desengaños. La primera, la local, unos chicos que hablaban catalán, que se consideraban integrados en Ripoll, que los habíamos acogido, cometen los atentados del 17-A, un choque emocional. Y el segundo es el sentimiento de desengaño del procés

Agosto de 2017. ¿Qué supuso aquel atentado en Ripoll?

A los días, coincidiendo con la manifestación en Barcelona, hay otra en Ripoll. Interviene, entre otros, Hafida Oukabir, hermana de Moussa, uno de los jóvenes que muere en Cambrils, y de Driss, que alquila las furgonetas pensando que era para un robo. Hafida dice que el Islam es paz, qué hemos hecho mal, y la gente acaba abrazándose a ella, llorando que por nuestra culpa, por islamófobos y racistas... A mucha gente le sentó muy mal. A los meses, del sumario judicial se difunden los audios de WhatsApp de Hafida con sus padres diciendo que Moussa está en el paraíso por seguir la llamada de la yihad hacia Alá.

Deja entrever que la reacción institucional y mediática no calibró ese shock social, insistiendo en que los familiares musulmanes de los verdugos también eran víctimas. 

A tres semanas para el inicio del curso no querían que las clases se convirtieran en un enfrentamiento. El principal objetivo del Ayuntamiento era que no se viviera un El Ejido.

Y llegan las municipales del 2019.

Difunde El 9 Nou, el diario de Ripoll, que la escisión independentista de Plataforma (PxC, liderada por Josep Anglada) hará una lista. Esto motiva a Sílvia Orriols, con su entonces marido (David Subirana); a Fina Guix, concejala de barrios (PDeCat) que conoce la temperatura de las escaleras de vecinos; y a la que fundó AC, Margarita Cabello, de la Protectora de Animales, que paseando los perros conocía a Moussa...

Y dan cuerpo a una sigla.

Antes, el marido de Orriols va adonde Jordi Casacuberta, que tiene legalizadas varias siglas como Unitat Nacional Catalana y el Front Nacional de Catalunya (no por Le Pen, sino por Daniel Cardona, alcalde de Sant Just Desvern entre 1931 y 1936). Se presentan por FNC, pero al cabo de poco Orriols decide emprender su camino. Habrán entrado en el proyecto jóvenes de buena familia de Barcelona y ultraliberales, como Oriol Gès o Jordi Aragonés (primo del entonces president, Pere). 

¿Quién es Sílvia Orriols? 

Como dice ella, “nací en Ripoll, bressol de Catalunya”. Bressol es cuna, la cuna de Catalunya, donde está enterrado Guifré el Pilós, considerado el padre de Catalunya y de quien es la leyenda: cuando agonizaba, un escudero le pone la mano en la sangre del corazón y en su escudo hace las cuatro barras. ¿Quién mató a Guifré el Pilós? “Los moros”. Un 9 de octubre Jaume I echó de Valencia a “los moros” y ella publica el tuit con una foto de la estatua de Jaume I entrando en Valencia: “Hoy hace 787 años que Jaume I conquistó Valencia y echó a los sarracenos, y hace 41 años que yo nací”. Como si Abascal (Santiago, Vox) hubiera nacido en Covadonga o hubiera nacido el mismo día que Isabel la Católica... 

¿De dónde viene Orriols?

De joven estuvo en ERC, pero no estaba a gusto. Luego estuvo en la candidatura de Estat Catalá, creado antes de la Guerra Civil, que se unifica temporalmente con ERC y sus juventudes desfilaban marcialmente con las camisas pardas, imitando al fascismo italiano o alemán. Cardona, dirigente del partido, escribió que “un cráneo de Ávila no será nunca como uno de la plana de Vic”. Le llamaban El Irlandés porque quería imitar al Sinn Féin. Se enfrentó a Francésc Macià cuando ubica la República Catalana Independiente dentro de la República Española. Orriols piensa que Puigdemont hizo lo mismo. 

¿Similitudes entre 1931 y 2017?

Ella ha leído mucho a Cardona, aquello de que al enemigo hay que combatirlo y un discurso muy contra Castilla, que ella lo escribía en minúscula, ‘castilla’. Con su marido crea una asociación que se llamaba Els Intransigents, que hacía fanzines, tenía Facebook..., y hablaba siempre de los ‘horribles apellidos castellanos’. En YouTube están los vídeos de los homenajes a Cardona. 

En el libro habla de la personalidad de Orriols.

Cuando entra como concejala en 2019, varios concejales viajan a Capranica (pueblo de 5.000 habitantes al lado de Roma hermanado con Ripoll), salvo los de la CUP, que rechazan “hacer turismo con dinero de los contribuyentes’. Al llegar al aeropuerto, ‘la Sílvia’, como la llaman todos, colapsa: ‘¿Qué hace tanta gente hoy que no trabaja?’. Margarita Cabello la ayudará. Dice que nunca se había subido a un avión porque con la bonita que es Catalunya, para qué ir a otro sitio… Es una persona no viajada, medio vegetariana que solo toma huevos de las gallinas de su padre, que no cena, que se acuesta pronto y una persona sin capacidad de empatizar. No es que yo diga que es una mala persona, como dirán, sino que hago un diagnóstico para que se entienda.

¿El atentado es clave para entender por qué Orriols pasa de cargar contra ‘castilla’ a los magrebíes?

Ahí te das cuenta de que se ha leído de cabo a rabo los libros de tres mujeres de origen magrebí nacidas o que viven en Catalunya, como Najat El Hachmi (Jo també sóc catalana), Mimunt Hamido (que cuestiona por qué le permitimos a un imán lo que no le toleramos al cura) y Hanan Serroukh, que escribió el libro Coraje. El precio de la libertad. Critican mucho a las izquierdas y también a Junts, porque nadie puede cuestionar que seamos transexuales o bisexuales, pero se ve como una provocación que una hija de marroquíes no se ponga velo y tenga la osadía de decir que es atea. Orriols habla mucho de que en Catalunya hay contracomunidades. Utiliza un argumento al que los demás no saben responder. 

En su libro explica la cercanía con Marine Le Pen, pero se aleja cuando promete encarcelar a Puigdemont; o con Giorgia Meloni y su discurso sobre LGTBI. ¿Adaptación? 

No, pasa que tienen pocos aliados porque toman como referente a Alternativa por Alemania (AfD) pero queda apartado (en el Parlamento Europe): del grupo de Viktor Orbán, y del grupo de Meloni y los polacos porque el candidato (de AfD) dijo aquello de que un ser de las SS a lo mejor no era mala persona. En las elecciones alemanas, en la noche electoral de la AfD se da la paradoja que tuitean desde el mismo lugar Jorge Buxadé (Vox) y Pau Nadal, de AC. Sobre la cuestión LGTBI, hay una cosa muy curiosa...

¿Cuál?

AC defiende la teoría de la conspiración del Gran Reemplazo, que alguien está haciendo que no tengamos hijos para sustituirlos por inmigrantes. Bueno, algunos de los enfadados con Orriols cuando creó el partido la critican por dejarse embaucar por un grupo de jóvenes de buena familia, trumpistas y algunos de ellos... gays.

¿Cómo influye el ‘procés’ en el despegue de AC? 

Mucha gente creyó lo de el DNI me caduca en año y medio, y el próximo será de la República Catalana. Si respondías que el enemigo no era idiota y que no se conseguiría así como así, mucha gente te llamaba facha, tonto o socialista. Hay una frustración que Orriols había de coger. Por eso AC dice una cosa muy divertida: que la única estructura de Estado que habían hecho era La Grossa de Cap d’Any, la lotería de fin de año. A esto hay que sumarle un hecho aún poco estudiado que no pasa en Madrid, por ejemplo.

¿A qué se refiere?

Si paseas por El Retiro por la tarde, ¿de qué está lleno? De madrileños. En Barcelona, en cambio, si vas por la Vila Olímpica escucharás todos los idiomas menos castellano no latino y menos catalán. El Instituto Estadístico de la Generalitat (Idescat) publicó hace dos semanas que entre 2022 y 2024 han llegado a Catalunya 700.000 extranjeros, que no son necesariamente tal, sino expatriados que reivindican al abuelo o bisabuelo italiano y consiguen el pasaporte. Entre el impacto de los expatriados y el de los pisos turísticos, es brutal. Ante eso, Orriols te dice que Catalunya está agonizando, que el catalán está agonizando. Hay gente que te dice que no está de acuerdo con Orriols porque su marido trabaja con un ecuatoriano muy majo, pero... termina votándola. 

¿Conecta con un malestar? 

Llegan a Barcelona como turistas y algunos reivindican ese pasaporte italiano. Te dicen lo de ‘a nosotros no nos importa que ustedes hablen en catalán entre ustedes, pero no queremos hablarlo’. Hay una actitud hostil que solo la sabe rentabilizar Orriols, más el tema islamista y el procés

En su trabajo analiza ‘errores’ de otros partidos que han alimentado a AC. 

Y añadiría las redes sociales. Hablo a veces con el president del Parlament, Josep Rull, y me dice que solo ha cortado a Orriols quitándole el uso del micrófono dos veces, y que otras cuatro o cinco le dijo que sus palabras serían evaluadas en la Comisión de Estatuto del Diputado. Cada vez que Rull la ha cortado, o le ha dicho señora Orriols, modere su lenguaje, ella lo pone en YouTube o en TikTok, y lo peta. Mucha gente te dice que la Orriols no me gusta, pero es la única que habla claro. 

Junts mira con recelo a AC con el último sondeo del CEO –empatados como tercera fuerza–, pero hace dos años evitó una alternativa a Orriols en Ripoll. ¿Un error? 

En 2023, Junts baja de 8 a 3 concejales, cuando antes de los atentados tenía 11. Se plantea que ERC logre la Alcaldía, con el apoyo de los demás, sea dentro o fuera, hasta que Laura Borràs, seis días antes del pleno, tuitea que como norma general debería ser alcalde la lista más votada, tanto cuando les beneficia o les perjudica. Orriols responde dando las gracias y termina gobernando con 6 concejales cuando (su antecesor, Jordi) Monell gobernaba con 11 u 8.

¿Qué influencia tiene esa Alcaldía en la trayectoria posterior?

Si hubiera habido gobierno con ERC y el PSC, más el apoyo de fuera de Junts y la CUP, Orriols no hubiera dado el salto porque no hubiera tenido esa notoriedad. No es lo mismo que Anglada en Vic diga desde la oposición que no hay que empadronar, a que la señora alcaldesa no lo haga hasta que le obligue la Delegación del Gobierno. Que el alcalde de turno se pavonee de que ha puesto el cepo a 14 coches de “ciudadanos extranjeros” y lo tuitee.

También se detiene en la acogida en programas y tertulias como las de ‘8TV’ con Antoni Castellà y Pilar Rahola.

Junts ve que Orriols dice lo que decía Puigdemont hace tres o cuatro años. Hay una identificación de discurso. Por eso hay un gran trasvase de militantes o dirigentes de Junts o incluso ERC a AC. Otra cosa es el buen rollo en el Parlament entre Vox y AC. 

¿Cómo es esa convivencia?

Comparten espacio en el piso de abajo. Me explicó Joan Garriga, que es primo de Ignacio Garriga, que no quería que a ‘la Silvia’ le hicieran lo que a Vox cuando llegó, que como nadie le dijo nada, se pagaba un servicio de prensa que el Parlament ya ofrecía. O cómo él trabajaba las enmiendas con post-it y rotuladores de colores, hasta que un día ve en la tablet de un diputado de los Comuns una app para hacer ese trabajo. Luego está que ambos montan mesas callejeras a las que van mossos porque van los antifascistas, y esto genera una solidaridad entre ellos. Vox suele votar a favor de las resoluciones de AC en inmigración y en seguridad, etc. Pero AC a las de Vox siempre les hace una enmienda: que traduzcan sus textos al catalán.

Sin entrar en Euskal Herria en concreto, ¿ve capacidad de que AC se pueda reproducir en otros lugares? 

En Euskadi hay menos inmigración magrebí que en Catalunya, ¿verdad? Y Vox no ha arraigado, ¿no? ¿Cuántos concejales tiene en Euskadi? Tendría que haber algún sector cabreado que considerara que el PNV y EH Bildu han traicionado la aspiración a la independencia. Creo que el contexto es otro. En Euskadi, estos últimos 15 años, más que a tener la independencia a tocar y terminar engañados, se va a la paz, la tranquilidad, el sosiego que necesitamos.

En otras palabras, aquí no ve el factor ‘engañifa post-procés’.

Exacto. La gente dice: ‘Me da igual que el vecino sea del PP, su hijo y el mío juegan a básquet y tomamos la cerveza juntos. Y hablamos de fútbol, no de política’. Es un bienestar emocional poderte tomar la cerveza con tu vecino. Que él ha votado al PP y tú a Bildu, y estáis hablando si vuestros hijos juegan bien o mal... Pero bueno, también decían que el de Ripoll era un fenómeno solo de Ripoll y mira...

¿Qué dice a quien cree que el ascenso ultra es pasajero? 

Que no, que no es verdad. AC e incluso Vox no son como Ciudadanos. Vox tiene muy claro que quiere investir a Feijóo y quedarse en la oposición para reprocharle cada semana en el Congreso: Le voté a usted para echar a Pedro Sánchez y hace las mismas políticas de Pedro Sánchez porque usted es un lacayo de Von der Leyen y la casta, bum, bum, bum. Y AC, de momento, para las municipales quiere controlar las listas. Catalunya tiene 950-960 municipios y hará listas como máximo en 200 para que no sean listas con el friki del pueblo, su cuñada y su familia. Saben del apoyo que pueden tener en muchas ciudades, en algunas por la migración y en otras por otros temas, como la recogida de basuras puerta a puerta, como en Girona con alcalde de la CUP, que la gente está desesperada y tira la basura por el váter. Bien, pues el chiste es así, que AC es el único con Vox que dice que no. En sitios con mucha inmigración marroquí, sea Manresa, sea Vic, pueden comer votos de Junts.