A la espera de ver cómo evoluciona la situación, el PNV no se ha tomado la ruptura de Junts con el PSOE como si fuera a suponer un cambio radical en las condiciones de la legislatura estatal, que con ruptura o sin ella no se ha caracterizado por una producción legislativa desbordante y, además, los soberanistas catalanes ya habían provocado que cayeran propuestas como la reducción de la jornada laboral. Este martes, la televisión pública española intentó que Míriam Nogueras le diera como titular que Junts va a votar en contra de todas las medidas que presente Pedro Sánchez, pero se limitó a decir que “lo que vote Junts se va a ver en la pantalla del marcador” en cada votación, lo que no supone un cambio sustancial. El PNV sí reconoce que la legislatura no será sostenible en el tiempo si no se aprueban unos Presupuestos. Pero, mientras tanto, el PNV seguirá trabajando para arrancar los compromisos pendientes, como las transferencias para cumplir el Estatuto de Gernika, donde la negociación del Gobierno vasco está dando sus frutos. Esto da una medida de que el PNV respeta la decisión de una familia política con la que ha estado hermanado históricamente, pero mantiene su propia estrategia. Y se pueden constatar tres hechos que facilitan que la negociación de las transferencias se mantenga sin alteraciones.
Este asunto forma parte del acuerdo de investidura del PNV con Sánchez y, con elecciones o sin ellas, el plazo que queda para cumplirlo es exiguo de todos modos: quedan dos meses, hasta el 31 de diciembre, para que el lehendakari Pradales y el presidente Sánchez presidan una Comisión Permanente y firmen en ella el cierre político del Estatuto de Gernika, es decir, antes de fin de año tienen que encarrilar un acuerdo político sobre todas las materias pendientes a falta de concretar después sus detalles económicos y de personal. El acuerdo tiene que incluir la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, los aeropuertos y los puertos. Por tanto, el hecho de que pueda acortarse la legislatura no cambia que ambos gobiernos trabajan ya con un plazo que aprieta.
Pero hay un segundo hecho constatable. Incluso si hubiera un adelanto electoral inmediato, las elecciones se celebrarían 54 días después, es decir, el plazo vuelve a coincidir con el límite para cumplir el acuerdo de investidura a finales de este año. Y hay dos grandes precedentes en los que Sánchez ha firmado transferencias con el Gobierno vasco incluso a escasos días de las elecciones, algo que está permitido porque se trata de cumplir la legislación vigente, siempre y cuando no se haga con ostentación pública para interferir en la campaña. La gestión de la autopista AP-68 se firmó en abril de 2019, a tan solo unos días de las elecciones generales; y los traspasos de la legislación de productos farmaceúticos, parte del seguro escolar y las ayudas previas a la jubilación en empresas en ERE se acordaron en vísperas de la campaña para las elecciones autonómicas vascas de julio de 2020. El único impedimento para no hacerlo sería una decisión política del Gobierno español en tal sentido si pensara que ese acuerdo le va a restar votos, pero un incumplimiento dejaría muy tocada la confianza de un PNV cuyo respaldo volvería a necesitar tras los comicios.
Hay un tercer factor. En la rueda de prensa posterior al Consejo semanal, la portavoz Maria Ubarretxena se limitó a decir de manera lacónica: “Mientras haya partido, seguiremos jugando”. Fuentes del departamento de Autogobierno consultadas por Grupo Noticias confirmaron que el Gobierno español no ha cancelado ninguna de las citas que tienen pendientes para seguir trabajando en las diez propuestas que ha trasladado Ubarretxena por escrito. Dentro de dos semanas está previsto otro encuentro que sigue en pie, y se trabaja en la convocatoria de una Comisión Mixta para cerrar los acuerdos ya apalabrados sobre materias como las prestaciones del paro.
El rumor no contrastado de la moción instrumental
Pero, ¿el final de la legislatura será abrupto, quizás porque Junts estudia impulsar una moción de censura instrumental solo para forzar unas elecciones? Al PNV no le consta esa posibilidad por ahora, ni ha sido sondeado. Y no quiere elucubrar. Lo único que ha dicho en público es que Sánchez tiene que convertir esta mayoría negativa en una positiva en torno a un proyecto, porque la legislatura está entrando en una fase de “agonía” que no será muy sostenible en el tiempo. Mientras tanto, el PNV seguirá trabajando para que cumpla lo pactado.
La vez que Junts estuvo más cerca de plantear algo similar a una moción instrumental fue a principios de año, cuando pidió a Sánchez que se sometiera a una cuestión de confianza, un movimiento que le sirvió para hacer presión y que desembocó días después en un acuerdo para la delegación de las competencias migratorias. Quizás ahora tampoco termine de cuadrar que Junts quiera ir a unas elecciones, porque tiene una posición privilegiada en el Congreso que se arriesga a perder si las elecciones arrojan otro equilibrio de fuerzas.
El PNV no rompe
La portavoz del PNV en el Congreso, Maribel Vaquero, admitió en declaraciones a los medios que la legislatura ha entrado en una fase de “agonía”, aunque matizó que esta debilidad es un rasgo distintivo desde el principio del mandato. Lo que tiene que hacer Sánchez, a su juicio, es convertir esta mayoría negativa en una “positiva” en torno a un proyecto que sea “importante”, porque la situación será “poco sostenible hasta el final” si no se reconduce. Según explicó, hace dos años la mayoría era positiva porque se articuló en torno a los proyectos de los respectivos pactos de investidura. Hay que recuperar ese espíritu: “Es responsabilidad del Gobierno recuperar esa confianza que está perdida”.
Está por ver si la vía para hacerlo son unos Presupuestos, que parecen lejanos. De todos modos, el PNV cree que esas Cuentas se deberían presentar para que cada uno se “retrate” y el PNV tenga la oportunidad de introducir sus propuestas. Sería bueno que las hubiera para dar “aire” a la legislatura. Mientras tanto, el PNV “seguirá trabajando como hasta ahora”: “No vamos a salirnos de que se cumpla el pacto de investidura”. Recordó que quedan cuestiones como las transferencias, pero la valoración es “medianamente positiva como para que continúe el pacto”.