Como ya es habitual cada vez que el PSE escenifica sus diferencias con el PNV, EH Bildu ha salido al paso este miércoles para tratar de presentar su alianza como un matrimonio de conveniencia sin un proyecto sólido detrás. Ha sido la portavoz parlamentaria Nerea Kortajarena quien ha dicho que “las desavenencias entre PNV y PSE son cada vez más numerosas y profundas, y evidencian una realidad: esta coalición carece de un proyecto de país sólido, de un rumbo definido y de la ambición necesaria para afrontar los grandes retos que tenemos por delante”. “Lo único que parece unirlos son los intereses partidistas, no un liderazgo compartido ni una visión transformadora”, lanzó Kortajarena. EH Bildu está empatada a 27 escaños con el PNV en el Parlamento Vasco y está protagonizando un viraje hacia posiciones más moderadas para disputar la hegemonía a los jeltzales. Aprovecha además estas tensiones para presentarse como alternativa.
“Queda patente la incapacidad de la entente PNV-PSE para actuar con la altura que exigen los tiempos de incertidumbre permanente. Divergen en materias clave como vivienda, migración, trazado del TAV, política lingüística o educativa. Esta falta de cohesión y liderazgo está hipotecando las oportunidades de futuro y limitando el verdadero potencial de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. No nos merecemos gobiernos débiles e inestables, precisamente cuando más firmeza y propósito se requieren”, dijo.
El propio secretario general del PSE, Eneko Andueza, reconoció en la entrevista concedida a ETB-1 que EH Bildu es la que sale beneficiada de las fricciones entre los dos socios. Pero ha sido él mismo quien ha proporcionado gasolina argumental al grupo de Pello Otxandiano desmarcándose de los jeltzales (en público, no solo en privado) en materia migratoria, de enseñanza universitaria y sobre el tren de alta velocidad.