El jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez (MÁR), entregó este vienes al Tribunal Supremo el mensaje que difundió a la prensa con el contenido del correo electrónico que el fiscal de delitos económicos Julián Salto envió a la defensa de Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
MÁR aportó la documentación después de que el pasado 8 de enero reconociera –en su declaración como testigo ante el juez que investiga por presunta revelación de secretos al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz– que había difundido el contenido del email que, según señaló, le había facilitado el propio González Amador.
Se trata de cuatro folios, incluida una carta en la que Rodríguez detalla lo aportado: “La fotografía de la comunicación que recibí de Alberto González (Amador) con el email del fiscal Salto del día 12 de marzo de 2024, y la fotografía del texto que envié a mi listado de Prensa Nacional el 13 de marzo de 2024”.
MÁR desmonta su propio bulo
“En ambos casos se ve claramente la hora a la que recibo y a la que envío”, añade. Según consta en el primer pantallazo, Rodríguez recibe un whatsapp de González Amador con dos reenviados: un mensaje en texto y el correo en cuestión a las 9.09 horas del 12 de marzo. En el mensaje reenviado por la pareja de Díaz Ayuso se lee: “Buenos días, Alberto. He recibido correo del fiscal. Parece que todo sigue en pie. Le voy a llamar al fiscal para ir concretando. La idea mía es que al final solo haya un condenado. Y multa mínima”. En verdad, la sucesión de mensajes presentados por el jefe de gabinete de la presidenta madrileña demuestra que mintió intencionadamente y desmonta su bulo de que el acuerdo con el fiscal se tumbó “por órdenes de arriba”.
El mensaje aportado por el propio Rodríguez desmiente o precisa buena parte de sus declaraciones públicas. En la noche del 13 de marzo afirmó ante varios periodistas que ese pacto había partido de la Fiscalía y que se había frenado por “órdenes de arriba”, cuando el mensaje recibido día y medio antes explica que las conversaciones venían de atrás y que el abogado del empresario tenía una propuesta que hacer y el objetivo de la “multa mínima”.
En su versión ante el Supremo y ante los medios, Rodríguez siempre ha avalado que él nunca supo nada de negociaciones previas o correos electrónicos previos cuando comunicó esa versión de los hechos a una decena de periodistas, matizando que su apreciación de que todo había sido frenado “desde arriba” era “opinión” y no información.
En vez de ordenar una copia de su móvil para poder ver los mensajes de la noche del 13 de marzo, el juez pidió a Rodríguez que acudiera nuevamente al Supremo para mostrar esos mensajes a la letrada de la administración de justicia, como así ha hecho.