Carles Puigdemont abre una nueva era en Junts tras recuperar los plenos poderes en el partido, cuyo proyecto apuesta por ensanchar su espacio desde la centralidad, poniendo como punto de referencia el referéndum del 1-O pero mirando el futuro, y sin renuncia a la unilateralidad. El president en el exilio, a quien los tribunales españoles no le han aplicado aún la ley de amnistía, releva a Laura Borràs tras conseguir el respaldo del 90,18% de la militancia (2.552 apoyos, dando por cerrada la etapa de “resistencia” que se abrió tras la declaración unilateral de independencia de 2017 y emplazando a su formación a “salir de los cuarteles de invierno” y comenzar a “jugar un nuevo partido”. Así se pronunció en una clausura del congreso que JxCat celebró en Calella, por videoconferencia, evocando cómo hace siete años arrancó un “camino incierto y difícil”, a la par que “irrenunciable”.

Arropado por su equipo, formado por el secretario general de Junts, Jordi Turull, y los cuatro vicepresidentes (Míriam Nogueras, Antoni Castellà, Mònica Sales y Josep Rius), Puigdemont hizo un llamamiento a pasar la ofensiva una vez renovados los mensajes a través de las ponencias. “Ahora toca salir a jugar”, lanzó el ex Jefe del Govern tratando de espolear a delegados y militantes, congratulándose de que “somos una organización todavía más nueva. Hemos sabido renovar y rejuvenecernos, pero contando con experiencia y pericia”. El trazado hacia el objetivo de recuperar la fortaleza independentista, un sector que ahora comanda ante la crisis cruenta en Esquerra, el expresident abogó por ocupar “la centralidad del país” y, a partir de ahí, “anticiparse y adaptarse”. “Es lo que hemos hecho. Estamos en un proceso de apertura. Tenemos que abrirnos más, convencer a más gente e impulsar una línea a través de la nación, el progreso, la libertad y la independencia”, recalcó, conjurándose para convertir Junts en “la herramienta” que representó Junts pel Sí en 2015. En esta línea, confía en incorporar a perfiles de tradiciones diversas pero vinculadas al catalanismo.

“Nada ha vuelto a ser igual desde el 1-O. No se puede borrar de la historia”, aseveró Puigdemont, acusando a las fuerzas constitucionalistas, principalmente a los socialistas, de aprovecharse de la represión “Han sacado provecho de esta anomalía democrática. Aquella irresponsabilidad que cometieron nunca ha sido reparada, por más toneladas de cal viva de normalidad que quieran lanzar encima”, arremetió el dirigente soberanista, que también es consciente del contexto actual y de la trascendencia de Junts en las coordenadas políticas en el Estado, puesto que de su decisión dependen también los Presupuestos Generales del Estado y la pervivencia de Pedro Sánchez y el Gobierno de coalición, más débil que nunca entre la sombra de la corrupción y otros acontecimientos. “Estamos en una etapa en la cual el independentismo está más dividido que nunca. No tenemos la mayoría y tenemos el gobierno más españolista”, lamentó ante la hegemonía institucional del PSC.

Por su parte, Turull advirtió al líder del PSOE que sus siete diputados en el Congreso no darán “pasos atrás”, sino que mantendrán “la posición”. “Nosotros no estamos casados con nadie, solo con los catalanes”, precisó en un discurso con mayor carga política que el de Puigdemont, y en el que animó a “no tener miedo al combate de las ideas” y a “mantener la posición pese a las muchas amenazas”. “No buscamos gustar al resto de partidos ni a los poderosos medios de comunicación, ni a ningún lobbie catalán o español”, subrayó el secretario general de Junts, enfatizando cómo desde las filas de esta formación se ha hablado de seguridad y multirreincidencia o se ha plantado cara a “políticas de vivienda fracasadas” de quienes “prefieren que los jóvenes sean okupas en vez de inquilinos o propietarios”.

Reprochó Turull el poco empeño del president Salvador Illa en mejorar la financiación de Catalunya. “No nos da miedo lo que nos digan”, añadió antes de censurar los “populismos buenistas y los populismos xenófobos” y de defender que la inmigración es un reto al que se le debe dar “una solución catalana”. En clave nacional, Turull apeló a “declinar el recuerdo del 1-O en forma de futuro” creando las condiciones para acabar la faena” y a volver a hacerse con la Generalitat. En este marco, avisó de que Junts seguirá defendiendo la unilateralidad si se demuestra que no existe otra vía eficaz para alcanzar la independencia.

Ortuzar aplaude la “mayoría de edad” de junts

Por una nueva plurinacionalidad

El PNV estrecha lazos. El presidente del EBB, Andoni Ortuzar, aseguró ayer que Junts sale “reforzada” e indicó que ambas formaciones seguirán defendiendo, “cada uno en su espacio y juntos, en instancias estatales e internacionales el camino de reconocimiento de las realidades nacionales vascas y catalanas”. Presente en Calella, el jeltzale consideró que comparten una visión del Estado “distinta a la centralista” y cree que, tanto el papel del PNV como de Junts, puede favorecer “el surgimiento de una concepción distinta de la plurinacionalidad” en el Estado. Situó a JxCat “en una mayoría de edad, un partido que sale del procés y que tiene apariencia más de un movimiento, que poco a poco va configurándose”.