La presidenta de JxCat, Laura Borràs, ha asegurado este viernes que deja la presidencia de JxCat por "lealtad" a sí misma y por "coherencia personal y política", y ha dicho sentirse satisfecha por no haber cambiado "ni por la represión de propios y extraños ni por el mundo oscuro de la política".

Así lo ha dicho ante el plenario del congreso de JxCat, que se reúne desde este viernes en Calella (Barcelona), en la que ha sido su última intervención como presidenta del partido que elegirá a Carles Puigdemont como presidente este domingo.

Borràs, que no ha llegado a la fábrica Llobet-Guri junto al secretario general, Jordi Turull, sino rodeada de sus afines, Francesc de Dalmases y David Torrents, ha pronunciado un discurso de despedida en el que ha dicho que ha querido ser "la presidenta de todos" y en el que también ha pedido disculpas "en primera persona" por los errores que ha podido cometer.

En este congreso, ha indicado Borràs, "se acaba la anomalía de que el president sea el president de JxCat sin serlo", en alusión a la futura presidencia de Puigdemont, que ya lideró la formación entre 2020 y 2022.

"He presidido el partido antes que él y después que él, pero nunca he querido sustituir al president en nada y para nada. Entré en política a petición suya (...) y después he hecho las renuncias que han sido necesarias para estar donde el president me ha pedido que esté, priorizando las necesidades colectivas a las voluntades personales", ha subrayado Borràs, que ha dicho que Puigdemont es "la figura que define y cohesiona" a Junts.

La todavía presidenta de JxCat ha reconocido que tiene ganas de sentirse "más libre", y que esto ocurrirá a partir del lunes, cuando finalice el congreso y abandone su cargo de presidenta, si bien ha dejado claro que continúa a disposición de los afiliados en esta etapa, en la que liderará la fundación de JxCat.

Borràs también ha lanzado un dardo a las críticas internas que ha recibido a lo largo de su presidencia: "La voluntad de harmonizar la polifonía tiene que prevalecer sobre la tentación de anular la discrepancia. Caer en este error nos haría envejecer muy rápidamente", ha indicado.

Amnistía

Borràs hacía estas declaraciones tras pedir al Tribunal Supremo (TS) que le aplique la amnistía al resolver el recurso de casación que interpuso contra su condena de 4 años y medio de cárcel y 13 de inhabilitación por fraccionar contratos para adjudicarlos a dedo a un amigo -Isaías H.- cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) entre 2013 y 2018, según han explicado fuentes cercanas a Europa Press.

Según avanzó el diario 'Ara' este viernes, se negoció si su caso podía entrar en la ley de amnistía, ya que el redactado final de la norma dejaba "poco margen", porque no era un caso relacionado con el 9-N ni con el 1-O, y el abogado de Borràs, Gonzalo Boye, ha pedido que se le aplique.

En el escrito, Boye argumenta que su defendida desempeñó su función como directora de la ILC con el fin de promover las letras Catalanas y que en 2017 fue elegida diputada y, un año después, nombrada consellera de cultura.

A medida que esto sucedía, se produjo un proceso penal que se intensificó a medida que Borràs fue "asumiendo visibilidad y trascendencia política, con un perfil intensamente independentista, dentro de un partido cuyo líder [Carles Puigdemont] se encontraba entonces, y se encuentra ahora, en el exilio".

Además, Boye sostiene que los hechos por los que fue condenada se produjeron entre el 15 de enero de 2013 y el 22 de enero de 2018, periodo que queda amparado por la ley de amnistía, que recoge las acciones comprendidas entre el 1 de enero de 2012 y el noviembre 2023.

Añade que el mencionado artículo hace referencia a los actos con el fin de divulgar el proyecto independentista que, según el escrito "es en lo que, básicamente, consistía la actividad desplegada por la Sra. Borràs" en la ILC porque para el proyecto independentista la lengua es uno de los pilares, textualmente.

Por último, "no consta ningún enriquecimiento personal ni quebranto de las arcas públicas", por lo que Boye recuerda que la Sala del TSJC dejó abierta la puerta a un indulto, que no debe confundirse con la figura de la amnistía.

Fuentes conocedoras han explicado a Europa Press que presentar el escrito fue "una decisión técnica por parte Boye, un paso instrumental para poder después acudir a todas las instancias, incluidas las europeas".

CONDENA

A pesar de la condena de cárcel, se le impuso una multa de 36.080 euros, y el tribunal propuso un indulto parcial para Borràs para rebajar la pena de prisión a no más de dos años, de manera que no tuvo que entrar en la cárcel.

Una magistrada del tribunal añadió un voto particular en el que considera que Borràs no cometió falsedad documental, sino que solo la indujo, por lo que creyó que no debería ser condenada a más de 21 meses de prisión, y sostuvo que la inhabilitación que se le aplicara debía afectar solo a cargos con facultad de contratación.

El beneficiario de los contratos, Isaías H., que en el juicio confesó, quedó absuelto de prevaricación y fue condenado por falsedad documental a dos años de cárcel, multa de 2.100 euros e inhabilitación para contratar con las administraciones públicas durante un año y siete meses.

Andreu P., que lo ayudó a preparar presupuestos y también confesó, estuvo igualmente absuelto de prevaricación y condenado por falsedad documental a un año y dos meses de prisión, multa de 2.250 euros e inhabilitación para contratar con las administraciones públicas durante un año.