El partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) logrará una victoria histórica en la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas, pero verá cómo la mayoría absoluta para poder gobernar se le escapa tras creer que la tenía a su alcance.

La segunda vuelta de las elecciones legislativas de hoy dará previsiblemente al RN una mayoría relativa (no más de 230 diputados), según predicen los tres últimos sondeos, lo que supone un enorme salto desde los 89 de hace solo dos años -que ya eran un récord- y los 8 escaños de 2017.

Pero puede ser una victoria amarga para un partido que el pasado domingo, tras la primera vuelta, veía a su alcance la posibilidad de la mayoría absoluta (289 escaños), con al menos una proyección de escaños para la segunda ronda de hasta 310 diputados y otras dos colocándolo cerca del umbral. Pero esta última semana de campaña se ha hecho muy larga para el RN, que ha visto cómo su ventaja se reducía apreciablemente por una combinación de factores, varios de ellos errores propios.

Cordón sanitario

Más de 200 candidatos se han retirado de la segunda vuelta para evitar la dispersión del voto y tratar con ello que un rival de otra formación mejor colocado sea elegido en lugar de un aspirante ultraderechista. Aunque eso puede arrojar una Asamblea sin mayoría clara y los demás partidos (de los conservadores a la alianza de izquierdas, pasando por el centroderecha macronista) no tienen aún claro cómo dar una alternativa, lo cierto es que esa nueva reedición del cordón sanitario aunque debilitado porque habrá 93 escaños que se decidirán entre más de dos candidatos, parece haber funcionado.

La líder del RN, Marine Le Pen, y su delfín y aspirante a primer ministro, Jordan Bardella, insisten en que aún es posible la mayoría absoluta y han denunciado la retirada masiva de candidatos como un “engaño” antidemocrático. La posibilidad real de una victoria del partido ultra puso su programa bajo la lupa, más aún después de lanzar la idea de que las personas con doble nacionalidad no deberían ocupar puestos estratégicos de la administración.

Más lejos fue el diputado ultra Roger Chudeau, quien también dijo que los binacionales no deberían ser ministros, y apuntó contra la antigua titular de Educación socialista Najat Valladu-Belkacem, que es francomarroquí.

Esta idea, que alienó a muchos de los 3,5 millones de franceses con otra nacionalidad, se suma a otras más conocidas sobre inmigración que el RN sabe que no podría aplicar porque tendría que lograr un improbable acuerdo para reformar la Constitución.

Por otro lado, el RN ha seguido dando marcha atrás a muchas de sus medidas económicas de choque con el argumento de que el elevado déficit presupuestario (hablan de un Estado “en quiebra”) hace imposible financiarlas.

Candidatos polémicos

Al RN le ha perjudicado también el creciente escrutinio sobre sus candidatos a diputados, algunos de los cuales han tenido que abandonar la carrera electoral o dejar de hablar en público por actitudes racistas o xenófobas.

Por ejemplo, Ludivine Daudi se retiró el martes de la segunda vuelta en Calvados tras divulgarse una foto suya ataviada con una gorra de plato militar con la esvástica nazi, imagen tomada hace años en un festival de armamento.

Otra candidata, Paule Vyre de Soras, del departamento de Mayenne, dio la vuelta a Francia con una declaración en vídeo en la que aseguraba que su partido no es racista porque “en el RN hay judíos, musulmanes, españoles... Yo misma tengo un oftalmólogo judío y un dentista musulmán”.

En ese mismo departamento, Annie Bell, obtuvo un 30% de los votos en primera vuelta en su circunscripción pese a que en 1995 fue condenada por cometer junto a su marido un asalto a mano armada con toma de rehenes en el Ayuntamiento de Ernée.

También está Cyline Humblot-Cornille, candidata en el departamento de Cote d’Or, quien en un debate televisado con sus rivales de segunda vuelta aseguró repetidamente que las medidas para mejorar el poder de compra de los ciudadanos se financiarían “bajando la inmigración”.

Jordan Bardella trató en los últimos dos días de campaña de restar importancia a estos episodios diciendo que en todo partido hay algunas “ovejas negras”.

El primer ministro saliente, el macronista Gabriel Attal, replicó que más que algunas ovejas “es todo el rebaño”.

En corto

París se blinda

El Ministerio del Interior galo ha preparado para esta segunda vuelta un dispositivo de seguridad con 30.000 policías y gendarmes, con 5.000 de estos efectivos desplegados en París y sus alrededores. Temen que se produzcan problemas de orden público tras una campaña marcada por las movilizaciones sociales ante el auge de la ultraderecha, y por incidentes violentos contra candidatos. El ministro Gérald Darmanin confirmó el viernes 51 casos de agresión física o verbal a candidatos.