La comunidad universitaria de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha hecho un gesto inédito para dejar claro que “no nos callamos” frente a los “ataques” a la convivencia pacífica que “han sido liderados por grupos minoritarios, formados por estudiantes universitarios y por personas ajenas a la universidad” los últimos meses en los campus de Araba y Gipuzkoa. Obviamente, esta no es la primera vez que la UPV/EHU condena las acciones violentas protagonizadas por grupos de radicales en sus instalaciones. De hecho, a cada episodio violento –y no han sido pocos, aunque su número haya bajado notablemente tras el final de ETA– le ha seguido un comunicado reprobatorio del equipo rectoral de turno.

La diferencia con esta última declaración es que la universidad acaba de abrir en su página web un espacio para que el alumnado y la plantilla se puedan adherir a ella para condenar “los insultos, amenazas, lanzamiento de pintura a objetos y personas, deterioro del patrimonio público, e intimidación” que se han sucedido las últimas semanas en el Vicerrectorado del Campus de Araba, en la Facultad de Letras, en la Facultad de Informática, en la Facultad de Educación, Filosofía y Antropología, en la Facultad de Ciencia y Tecnología, y en el Vicerrectorado del Campus de Gipuzkoa. La iniciativa lleva pocas horas activa. Aun así, 1.400 personas con nombre y apellidos han firmado ya. Además, la UPV/EHU actualizará a diario el listado de las personas firmantes en la web.

CINCO RECTORES

Encabezan esta lista la rectora Eva Ferreira y los últimos cinco rectores de la universidad pública vasca: Nekane Balluerka, Iñaki Goirizelaia, Juan Ignacio Pérez, Pello Salaburu y Manuel Montero, quienes sufrieron en primera persona ataques de similar naturaleza mientras ocuparon el cargo. Se han adherido también el equipo rectoral al completo, los decanos y decanas de todas las facultades y escuelas de la UPV/EHU, la presidenta del Consejo de Estudiantes, así como los presidentes de los Consejos de estudiantes de los tres campus. Además, cientos de profesionales del PDI y PAS y muchos estudiantes han rubricado esta declaración con la que quieren dejar patente “que no nos callamos ante las agresiones”. Queremos –prosigue el comunicado– que “todas las personas que trabajan o estudian en la universidad se sientan cómodas y seguras en ella, que puedan expresarse y dialogar libremente, y que dejen expresarse también a las demás”.

En el texto defienden los espacios públicos universitarios “como espacios de libertad, espacios de disfrute, espacios sin miedo, espacios de todas y de todos”. Asimismo, comparten y lamentan “el dolor de las personas que han sido víctimas de unos comportamientos que condenamos sin paliativos, porque son profundamente antiuniversitarios. Nuestra solidaridad con estas personas es también una repulsa enérgica ante cualquier acto de violencia, sea física, psicológica o verbal”. Las personas que firman esta declaración aseguran que están “totalmente comprometidas con la defensa de la universidad pública, de sus valores y, por supuesto, de todas las personas que trabajan y estudian en ella”.