Este sábado, 2 de diciembre, tendrá lugar uno de los momentos con más morbo de la legislatura con la primera reunión que el PSOE y Junts celebrarán en Ginebra (Suiza) para seguir avanzando en los acuerdos que posibilitaron la investidura de Pedro Sánchez como presidente español. Un encuentro que aparece, por tanto, en el pacto suscrito por ambas formaciones y en el que lo más comentado ha sido la presencia de un verificador internacional que fiscalice y levante acta de este diálogo bilateral, tal y como exigió el partido de Carles Puigdemont. Aunque las dos partes han evitado desvelar la identidad de esta figura, fuentes socialistas aseguraron ayer que no es una persona “con nombres y apellidos” sino una organización dedicada a realizar este tipo de labores de mediación.

Estas reuniones tendrán una periodicidad mensual, y estaba previsto que echaran a andar este mismo mes de noviembre, pero un problema de agendas ha obligado a trasladar el encuentro inaugural a pasado mañana. Por lo poco que ha podido trascender de su formato, se prevé que la discreción presida su desarrollo, y que sólo se desvelen aspectos de su contenido a medida que se alcancen acuerdos. Unos logros que se esperan también a largo plazo, dadas las visiones totalmente diferenciadas sobre el reconocimiento nacional de Catalunya y del déficit del Estado con esta comunidad con las que acudirán las dos delegaciones a la ciudad helvética.

Así, mientras Junts pedirá celebrar un referéndum de autodeterminación “amparado en el artículo 92 de la Constitución”, el PSOE defenderá el desarrollo del Estatut de 2006, “así como el pleno despliegue y el respeto a las instituciones del autogobierno y a la singularidad institucional, cultural y lingüística de Catalunya”. En cuanto al déficit, Junts reclamará una modificación de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas que establezca la “singularidad” de Catalunya y facilite la cesión del 100% de todos los tributos que se pagan allí. El PSOE apostará en cambio por llevar a cabo un “diálogo singular” sobre el modelo de financiación y por promover el regreso a Catalunya de la sede social de las empresas que cambiaron su ubicación a causa del procés.

Cerdán y Puigdemont

La presencia de una persona o entidad que ejerza como verificador neutral fue una de las principales piedras en el camino de la negociación del PSOE y Junts destinada a despejar el objetivo de Pedro Sánchez de prorrogar su estancia en Moncloa. Sin embargo, en su gira de la semana pasada por Oriente Próximo, defendió la inclusión de un mecanismo de verificación en el diálogo con Junts porque, a su juicio, puede ser de ayuda dada la “desconfianza” existente entre ambas formaciones.

Sánchez también confirmó que la delegación del PSOE estará encabezada por su secretario de Organización, Santos Cerdán, quien ya estuvo al frente de la negociación con Junts y se trasladó a Bruselas durante varios días para cerrar definitivamente el pacto. Preguntado ayer al respecto, Cerdán se limitó a decir que será “una reunión de trabajo, nada más”, y que “no es la primera ni va a ser la última”. Se espera a su vez la presencia del expresident de la Generalitat y líder de Junts, Carles Puigdemont.