Donostia – En estos momentos, la única certeza de la política española es que hay una ronda de consultas de Felipe VI que comenzará este lunes y que debe concluir con la designación de un candidato a la investidura por parte del monarca.

Más allá de eso, es imposible saber a día de hoy si el elegido será el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, o el del PSOE, Pedro Sánchez. A priori, y atendiendo al historial de estas consultas, el candidato de la fuerza más votada suele ser el elegido por el jefe de Estado, pero en esta ocasión no está nada claro que Felipe VI vaya a seguir esa regla no escrita.

Y es que el jueves, en la votación de la Mesa en el Congreso, se vislumbró que Sánchez puede tener los apoyos suficientes para la investidura –siempre que amarre a Junts y a ERC–, pero que Feijóo no los va a tener en ningún caso, ya que no le dan los números.

No solo eso, sino que el líder del PP mostró su debilidad parlamentaria y una más que evidente soledad, al no atar ni siquiera el apoyo de Vox a Cuca Gamarra, que solo pudo sumar a los dos parlamentarios de Coalición Canaria y de Unión del Pueblo Navarro.

Así las cosas, el monarca tendrá que optar la semana que viene por nombrar al candidato del partido más votado el 23-J, Feijóo, pese a que no puede lograr los apoyos para ser elegido; o designar al líder de la segunda fuerza, Sánchez, que sí está en condiciones de articular una mayoría parlamentaria para asegurarse la reelección, aunque no será fácil.

Existe un precedente en el que el aspirante del partido más votado no fue nombrado por el jefe de Estado. Fue Mariano Rajoy a principios de 2016. La diferencia es que en aquella ocasión Rajoy renunció voluntariamente a ir a la investidura al no tener los respaldos, mientras que ahora Núñez Feijóo afirma por activa y por pasiva que quiere someterse a la votación de la Cámara Baja, aun sabiendo que es imposible que prospere.

El PSOE, por su parte, dice que le es indiferente que Sánchez sea nombrado en primer lugar o después de una investidura fallida del PP. Los socialistas trasladan que no les importa esperar unas semanas, pero es un hecho que un intento de elección de Feijóo es una pérdida de tiempo y quizás el monarca lo vea de esa manera y designe directamente a Sánchez para acortar los plazos.

Ambigüedad constitucional

Lo cierto es que, con respecto al funcionamiento de la ronda de consultas, la Carta Magna española es muy poco precisa e incluso ambigua sobre quién debe ser el designado por el jefe de Español en primer lugar.

Y es que el artículo 99 de la Constitución, que hace referencia a esta cuestión, establece únicamente que, “después de cada renovación del Congreso de los Diputados, el rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del presidente del Congreso; propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno”.

La Carta Magna no determina por tanto que deba ser el ganador de las elecciones generales el que se somete en primer lugar a la confianza de la Cámara, y deja de esta manera en manos de Felipe VI la decisión final.