La autodenominada asociación asindical Ertzainas en lucha, que ha irrumpido liderando las protestas del colectivo con la reivindicación de una subida salarial de 1.100 € mensuales, está calcando el modelo de penetración que permitió a la asociación Jusapol asentarse entre las Fuerzas de Seguridad del Estado y los Mossos d’Esquadra en Catalunya en detrimento de los sindicatos policiales.
Las protestas de estas semanas parten de un colectivo de agentes que promueven una fórmula sustitutiva a la representación sindical para la negociación de sus condiciones. Cuatro sindicatos –Erne, Euspel, Sipe y Esan– han reaccionado tratando de capitalizar estas iniciativas con una unidad de acción que les permita pilotar las acciones, cuyo origen está orientado precisamente a sustituirles en el marco de una reivindicación de renovación de convenio y mejora salarial.
Ertzainas en lucha anunció la semana pasada su constitución como asociación profesional, siguiendo el modelo aprendido de la asociación policial Jusapol, que creó el sindicato Justicia Policial (Jupol) en la Policía Nacional y la asociación profesional Jucil (Justicia para la Guardia Civil) y cuya reclamación principal, que le ha permitido limar representación al resto de sindicatos policiales; fue precisamente la equiparación salarial de los miembros de las FSE con la Ertzaintza y los Mossos.
Según ha podido saber Grupo Noticias, los promotores establecieron contacto con representantes de la Guardia Civil en Jucil destinados a Gipuzkoa, que les indicaron el modo de proceder para constituir la asociación asindical –la Guardia Civil carece de posibilidad de sindicarse–.
Un portavoz de la asociación sostenía esta semana que no tienen como objetivo sustituir a los sindicatos en la negociación con la Administración, pero sí cuestionaba el proceder de las centrales y admitía su pretensión de tutelarla participando en la negociación “como observadores para que haya transparencia”. La experiencia del movimiento asociativo de la que bebe la iniciativa –Jusapol– anticipa que, tras comenzar como asociación profesional, acabó constituyendo sindicatos (Jupol) y, a través de ellos, mermando la dimensión de los vigentes, con los que siempre mantuvo una pugna de representatividad. En el caso de la Ertzaintza, los intercambios de consignas en redes y whatsapp entre quienes impulsan la constitución de la asociación apuntan precisamente en esa dirección –“nos quitamos a estos sinvergüenzas”, se llega a afirmar en relación a los sindicatos en un cruce de mensajes entre promotores de la asociación–.
Seguro de suspensión
Uno de los principales motivos para constituirse en asociación es la suscripción de una póliza de seguro colectivo en caso de suspensión de empleo y sueldo que permita, como hizo Jucil, disponer de ingresos equivalentes a la nómina durante hasta un año de conflictividad. Una especie de “caja de resistencia” que parte de la previsión de que las acciones que estarían dispuestos a convocar desbordarían el derecho de huelga y podrían acarrear sanciones reglamentadas.
La asesoría la ha realizado la misma correduría de seguros de Madrid que facilitó a Jucil una póliza de esas características para cubrir los 18.000 euros anuales de nómina de los guardias civiles que pudieran ser suspendidos de empleo y sueldo. La póliza iría orientada, además, a facilitar a los asociados una asesoría jurídica. El modelo asociativo no sindicado es un calco de la creación de la Unió de Mossos per la Constituciò –también a partir de grupos de whatsapp–, organización de varios centenares de miembros de los Mossos que se señaló públicamente con el respaldo de Jusapol al compartir en las calles una explícita unidad de acción con PP y, especialmente, C’s y Vox, en manifestaciones contra el procés.