La Mancomunidad de Iparralde empieza a tomar un cuerpo más político a tenor de los últimos movimientos que se observan al norte del Bidasoa. Con la vista puesta en el pleno que celebrarán este sábado, distintas formaciones están impulsando lo que en cualquier cámara serían grupos parlamentarios al uso, sin que de momento se esperen grandes consecuencias. Los últimos en dar el paso han sido un grupo de electos de izquierdas y abertzales, que el jueves lanzaron la marca Bil Gaiten.

Hace diez días el presidente del Ipar Buru Batzar del PNB, Peio Etxeleku, formalizó ante el presidente de la Mancomunidad, el alcalde de Baiona, Jean-René Etchegaray, la marca Elkarrekin Herriarentzat (Juntos por el Pueblo), que contaría con el apoyo de 40 electos, a los que podía sumar otros 30 de un total 232. A la hora de interpretar mayorías de hemiciclos, conviene escapar de las lógicas de Hegoalde: con un Estado centralista y con menos niveles administrativos intermedios, los electos de Iparralde se deben a sus pueblos y a sus vecinos, no tanto a sus partidos. El propio presidente jeltzale así lo dijo en su presentación de Baiona.

El suyo no ha sido el único movimiento de las últimas fechas. Este mismo jueves dirigentes de izquierdas y abertzales han presentado Bil Gaiten (Unámonos), la marca que, impulsada por EH Bai, agrupará a este sector político en la Mancomunidad de Iparralde. Aun así, en la nueva plataforma hay cargos que no pertenecían a EH Bai y otros que, habiendo pertenecido, han quedado al margen.

La rueda de prensa, que se celebró en Hiriburu, ha contado con la presencia de cargos electos de los tres territorios de Iparralde. Entre ellos, los alcaldes de la propia localidad, Alain Iriart; de Urruña, Filipe Aramendi; o de Urepele, Xole Aire; y reclamaron un nuevo modelo de gobernanza en la Mancomunidad.

En el caso de Bil Gaiten, conviene subrayar que no aspira a relevar a EH Bai, que acaba de renovar su dirección y aprobar la línea programática hasta 2026. La nueva marca aspira a agrupar a aquellos electos de izquierdas y abertzales dentro de un proceso de reagrupamiento en grupos políticos que podría obligar a bastantes electos, sobre todo los de las localidades más pequeñas que han sido elegidos al margen de las grandes siglas, a situarse en los ejes políticos más tradicionales (izquierda/derecha, nacionalista vasco/nacionalista francés).

Una de las principales incógnitas reside en si la constitución de grupos dentro de la Mancomunidad que preside Etchegaray rodeado de 15 vicepresidentes de todos los colores puede llevar aparejada según la normativa actual la asignación de recursos y, con ellos, sueldos para personal, como los asistentes de los grupos, habituales en los parlamentos.