El lehendakari Iñigo Urkullu se ha reunido este lunes por primera vez con la actual coordinadora general de LAB, Garbiñe Aranburu, un encuentro entre el jefe del Ejecutivo vasco y la central abertzale que, según ha asegurado esta última en un comunicado, no se producía desde 2013. Ello habla a las claras de una relación tradicionalmente complicada entre Lakua y el sindicato, al igual que ha venido sucediendo con ELA. Sin embargo, según fuentes de Lehendakaritza, tras el encuentro entre Urkullu y Aranburu han aparecido algunos rayos de luz en los nubarrones del cielo, tras afirmar esta última que, pese a representar a una central que tiene como fin principal ejercer de contrapoder, no está instalada en una estrategia del “no por el no”.

La máxima representante de LAB asume, por tanto, la necesidad de una “altura de miras” en su relación con el Gobierno vasco, lo que ya de por sí la sitúa a años luz de la beligerancia de ELA. En la nota en la que valoró el encuentro, celebrado a instancias del sindicato, Aranburu aseguró que el mismo “debería servir para normalizar las relaciones” entre ambos, tras criticar que “hemos visto a menudo al lehendakari reunido con asociaciones empresariales, con la minoría sindical que sustenta el diálogo social antidemocrático, pero nunca con la mayoría sindical vasca”.

Las fuentes del Ejecutivo vasco consultadas han englobado la reunión, celebrada en la sede de Lehendakaritza, en una presentación, tanto personal como de las “líneas maestras” que salieron del X Congreso Nacional celebrado por LAB. Tras el mismo, Aranburu está llevando a cabo una ronda con diferentes agentes de la CAV y Nafarroa, de modo que la próxima cita será el 21 de noviembre, cuando se reunirá con la presidenta de la Comunidad foral, María Chivite.

El documento resultante de dicho Congreso refleja la apuesta de LAB por un perfil ecosocialista y por la defensa de la redistribución de la riqueza. De cara a futuro, mantendrá su participación en los ámbitos que en la función publica y sectorialmente corresponden a la Administración vasca, y en el Consejo de Relaciones Laborales. No así en la Mesa de Diálogo Social.

Según las mismas fuentes, LAB aboga por mantener una “relación institucional” tanto con el lehendakari como con el Gobierno vasco. De este modo, las dos partes están abiertas a la relación “desde la posición de cada cual”.

Repartir la riqueza

Según ha podido saber este medio, el listado de temas abordados ha incluido la relación del Gobierno vasco con la patronal, la reforma del sistema fiscal, el desarrollo de las mesas sectoriales de Osakidetza y educación -en este último caso con el acuerdo de bases del pacto educativo como caballo de batalla- y la posible participación en “objetivos de país” como el Plan de Contingencia de Ahorro Energético.

Todos ellos aparecen desarrollados en el comunicado de valoración de LAB, redactado con un tono más acerado. En sus párrafos, Garbiñe Aranburu reclama a Urkullu la necesidad de “cambiar las políticas públicas neoliberales que lleva a cabo el Gobierno vasco” y que, por tanto, “deje de ser el lehendakari de los empresarios y haga políticas a favor de la clase trabajadora”.

Le ha recordado que el Estatuto “está agotado”, por lo que ha defendido “avanzar hacia la soberanía”. Según ella, “hay margen para impulsar políticas que garanticen unas condiciones laborales y de vida dignas”, y defendió por último una “transición ecosocialista feminista y el reparto de la riqueza”.