Como no lo había hecho desde que comenzó el conflicto con ERC que desembocó en la salida de JxCat del Govern, el secretario general de esta formación, Jordi Turull, cargó ayer duramente contra los republicanos, a los que acusó de mantener una actitud de “renuncia y resignación” ante Moncloa en el proceso independentista. Frente a esta posición, que ha tenido su último ejemplo en la decisión de no presentar una enmienda a la totalidad al proyecto de Presupuestos Generales del Estado, Turull contrapuso que Junts es partidaria “de reaccionar” y “confrontar”.

El dirigente soberanista se pronunció en estos términos durante su intervención ante el Consell Nacional de JxCat que se celebró en Vic (Barcelona), una cita en la que estuvo acompañado de la expresidenta del Parlament, Laura Borràs, quien hasta la fecha más duramente se había pronunciado contra el partido que preside Oriol Junqueras.

Turull defendió también la consulta interna entre sus bases que desembocó en el abandono de su partido del Govern de coalición que preside Pere Aragonès, que calificó como “un ejercicio de ejemplaridad democrática en toda regla y sin demasiados precedentes en los demás partidos”. Tras “asumir y aplicar” el veredicto de la militancia, explicó que su formación debate ahora cuál tiene que ser su papel en esta nueva etapa.

Después de culpar a Aragonès y a ERC del supuesto incumplimiento del acuerdo de investidura, el líder de Junts reprochó que el Govern del que formaban parte hasta hace escasas fechas “orientaba el país en dirección contraria a dónde queríamos llegar”. “JxCat es contraria a la resignación y la renuncia”, insistió, y reprochó que ERC no solo rechaza la confrontación con el Estado sino que optó por “desmovilizar” a la ciudadanía en jornadas tan importantes como la Diada del 11-S, a la que Aragonès optó por no acudir.

“Hace falta reaccionar, Junts no nace para gestionar la renuncia”, apostilló Turull. Explicó que hubo intentos para tratar de “reorientar la brújula” del Govern, pero que chocaron con “la intransigencia” de los republicanos y su apuesta por “cumplir” los acuerdos con el Gobierno de Pedro Sánchez, y no los que habían suscrito con su partido. “¿Quiénes se han pensado que somos, por quiénes nos han tomado? ¿Se creen que por cuatro despachos y coches oficiales renunciaremos al alma de JxCat?”, se preguntó.

Sobre el tipo de oposición que piensa hacer JxCat, Turull afirmó que no hará de “pitufo gruñón”, sino que actuará de forma responsable para demostrar “que hay una alternativa”. “Ahora seremos nosotros mismos, sin ninguna servidumbre ni hipoteca”, prosiguió. “Pero esto quiere decir mucho trabajo y como partido tenemos que reorganizarnos”, concluyó Turull.

Cambio de cromos

De forma paralela, la portavoz de ERC, Marta Vilalta, justificó que si su partido no ha pedido la devolución de las cuentas del Estado es para seguir negociando su contenido con el fin de que Moncloa cumpla los compromisos adquiridos. En alusión a sus exsocios de JxCat y a su decisión de presentar enmienda a la totalidad y salir del Govern, dijo que “lo que nos pide la ciudadanía es ser útiles y no el no a todo ni el cuanto peor, mejor”.

Relacionado con esta cuestión, el primer secretario del PSC, Salvador Illa, valoró ayer que “es un error mezclar” las negociaciones presupuestarias con otras como la modificación del delito de sedición del Código Penal, que exige ERC al Ejecutivo español. Volvió a tender además la mano a ERC para aprobar los Presupuestos en Catalunya.