La presidenta del Consejo de Estado, María Teresa Fernández de la Vega, renunció a su cargo al frente de la institución, según informaron fuentes del citado Consejo. No obstante, es previsible que De la Vega, que ejerció de vicepresidenta del Gobierno español durante gobiernos socialistas, continúe como consejera vitalicia en el órgano institucional.

La destitución de la que fue portavoz del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero será efectiva a partir del próximo martes 18 de octubre, ya que lo tiene que aprobar el Consejo de Ministros.

Las mismas fuentes explican que la renuncia se produce tras cumplir el compromiso adquirido por De la Vega con Pedro Sánchez de estar cuatro años al frente del Consejo de Estado y de acometer una serie de reformas como la digitalización y la transparencia de la institución estatal.

Sin embargo, es previsible que De la Vega siga como miembro permanente del citado Consejo, aunque también es el Ejecutivo quien debe aprobar el nombramiento. De hecho, quedará vacante un puesto en la Comisión Permanente del Consejo de Estado ya que la semana pasada dimitió la consejera permanente elegida por el PSOE Victoria Camps.

El cese de De la Vega fue adelantado por el digital El Debate a principios de esta semana, pero fue negado desde el Consejo de Estado, que hasta el día de ayer no lo confirmó. Según este medio, De la Vega regresará al cargo vitalicio que tenía con anterioridad y que había perdido al ser designada como presidenta del Consejo de Estado en julio de 2018, tras la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a La Moncloa. Volvería de esta forma a ser una de los nueve consejeros vitalicios.

Si finalmente el martes el Ejecutivo no nombrase a un nuevo presidente, podría ejercer el cargo en funciones el titular de la sección primera, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón.