La exhumación de Franco del Valle de los Caídos hace cerca de tres años, el 24 de octubre de 2019, paralizó el Estado y abrió todos los informativos con las imágenes del féretro llevado a hombros por los descendientes del dictador y siendo trasladado al cementerio de Mingorrubio en helicóptero. Un cambio de nicho narrado en directo que la familia de Primo de Rivera trata de evitar que se repita una vez se ha abierto la puerta al traslado de los restos del fundador de la Falange, tras la aprobación definitiva en el Senado de la Ley de Memoria Histórica y Democrática, hace ahora una semana.

Nada más salir ratificada esta ley en la Cámara Alta, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, se apresuró a adelantar la inminente exhumación de José Antonio Primo de Rivera y también del militar golpista Gonzalo Queipo de Llano, cuyo cuerpo se encuentra en Sevilla. El motivo es que “no pueden estar en ningún lugar preeminente porque es una manera de homenajear a los protagonistas de la dictadura”. Preguntada sobre la intención de los familiares de Primo de Rivera de llevar a cabo ellos mismos la exhumación de manera preventiva, la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno español, Isabel Rodríguez, fue ayer el summum de la concisión: “respeto absoluto”.

Fuentes de Moncloa se mostraron más locuaces a última hora del pasado lunes, tras salir a la luz los movimientos de los allegados del falangista, cuando les agradecieron su “predisposición” a proceder a la exhumación de sus restos, por lo que supone además de acatamiento de la Ley de Memoria Histórica y Democrática. Apuntaron también la posibilidad de inhumarle “en la cripta de Cuelgamuros, si así lo quisieran, ya que es una víctima de la Guerra Civil”.

El Ejecutivo explicó que trabaja para que las más de 100 familias que han pedido encontrar los cuerpos de sus familiares en el Valle de los Caídos, que pasará a ser renombrado como Valle de Cuelgamuros, puedan darles la sepultura que desean. A esta cuestión se refirió también ayer el socio minoritario en el Gobierno español, Unidas Podemos, cuyo presidente en el Congreso, Jaume Asens, consideró “coherente” la actuación de los allegados del dirigente fascista, que “también muestra acato” hacia la nueva normativa. Criticó además las palabras del líder de Vox, Santiago Abascal, cuando denunció la intención del Ejecutivo de “profanar” la tumba de Primo de Rivera. “La voluntad de la familia no es la de Abascal”, zanjó Asens.

Estricta intimidad

La familia de Primo de Rivera alega que, con su decisión de exhumarle, este proceso “debe permanecer y permanecerá dentro de la estricta intimidad familiar, sin que pueda convertirse en una exhibición pública propensa a confrontaciones de ninguna clase entre españoles”. Añade que el destino de los restos cumplirá la voluntad que manifestó en su testamento: “Deseo ser enterrado conforme al rito de la religión católica, apostólica, romana”.