El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aprovechó ayer su intervención en la cuarta edición del Foro de La Toja para sacar pecho por el paquete de medidas fiscales aprobadas esta semana por su Ejecutivo. En un discurso trufado de datos y estadísticas que avalarían su postura, Sánchez se refirió directamente al impuesto de a las grandes fortunas al afirmar que “los costes de la crisis no pueden recaer en exclusiva en la clase media trabajadora, como ocurrió tras la crisis financiera anterior. Esta vez –remarcó– los más pudientes tienen que arrimar el hombro para sacar adelante el país”. El Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos “tiene claro que cualquier alivio fiscal debe centrarse en la mayoría social, no en beneficiar a unos pocos, que siempre suelen ser los mismos: poderosos y minoritarios”. Y que “es necesario pedir un esfuerzo de solidaridad a los que más tienen, para ayudar a financiar la protección de la inmensa mayoría”, abundó, para poder sostener el estado del bienestar.

El presidente no escatimó en las críticas hacia el PP, al que acusó de “irresponsabilidad”. Advirtió del efecto perniciosos de los “brujos que rescatan sus fracasadas recetas y proclaman que el dinero está mejor en el bolsillo de los ciudadanos”. Entonces, “¿queremos que las soluciones dependan del bolsillo de cada ciudadano?”, “¿nos entregamos a la doctrina del sálvese quien pueda?”, se preguntó. La mejor fórmula es la justicia fiscal para garantizar el estado del bienestar. “Lo que no podemos pretender es tener un estado del bienestar como los países nórdicos, con niveles de ingresos fiscales propios de países menos avanzados”. Por tanto, “si queremos un estado de bienestar de nivel europeo, éste deben costearlo todos los ciudadanos en proporción a sus ingresos”

Estamentos económicos internacionales como la OCDE, el FMI, y el BCE, en sus últimas directrices, según Sánchez prosiguió, emularían la receta anticrisis española al aconsejar “gravar las rentas más altas para proveer así de servicios y de protección a las clases medias y trabajadoras”. De hecho, las medidas establecidas para paliar la complejo situación en la que se mueve el Estado empiezan a tener efectos positivos, como puede vislumbrarse de los datos adelantados de septiembre conocido recientemente. “La moderación de los precios indica que las medidas adoptadas empiezan a surtir efecto y que avanzamos en la dirección adecuada”. Aun así, llamó a “no bajar la guardia en un escenario global tan complejo” y estar “preparados para actuar ante cualquier eventualidad”.