Puede ser que la sangre no llegue al río porque la ministra Montero ha dicho desde el primer momento que concertará el nuevo impuesto a los ricos con las haciendas forales, pero las formas han vuelto a fallar en este caso y, en cuanto a los contenidos, el PNV tampoco tiene la sensación de que exista un análisis riguroso que respalde las medidas sino que ve impulsos electorales. 

Fuentes de la consejería de Hacienda de Pedro Azpiazu consultadas por este periódico declinaron este jueves hacer una valoración sobre las medidas del Gobierno español porque se habían enterado “por la prensa” y no había existido un contacto previo. El Gobierno vasco esperaba recibir la información por escrito y, con ella sobre la mesa, poder analizarla antes de realizar un pronunciamiento. “No vamos a responder a una rueda de prensa”, criticaron, dejando traslucir el malestar por una forma de manejarse que se remonta ya al inicio de la pandemia del coronavirus.

Esteban: "Esto no es gobernar"

Desde el PNV, su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, se quedó con una sensación “desoladora” porque las modificaciones de impuestos se deben estudiar con detenimiento, y ahora da la sensación de que “cada uno va haciendo propuestas según se le ocurren de cara a las elecciones” y puede haber efectos “que no están bien calculados”. Además, recordó que el acuerdo de investidura que firmó Pedro Sánchez con el PNV lo obliga a informar a los jeltzales con carácter previo de todas las medidas que se tengan que aprobar para ver qué afección pueden tener en Euskadi, y “no han consultado”. “Esto no es gobernar”, zanjó Esteban en un tono muy crítico.

El IRPF y Sociedades, sobre el papel, no afectan a Euskadi porque tiene sus propias competencias, aunque se genera ahora una disonancia. La renta exenta en la CAV se sitúa en 14.000 euros, frente a los 15.000 que aprobará ahora el Estado.

EH Bildu ve pasos, pero insuficientes

Fuentes de EH Bildu del Congreso, por su parte, consideraron que las medidas son insuficientes pero que van “en la buena dirección”. Sobre el nuevo impuesto, creen que el umbral de los tres millones es demasiado alto. Además, piden no utilizar ningún subterfugio para inhabilitar la capacidad fiscal de Euskadi