- Tramo final con Innerarity, sobre la pandemia, la nueva crisis y el final de Casado.

La covid ha sido ejemplo de conocimiento y desconocimiento. ¿Qué debemos recordar como sociedad y apuntalar?

-Los seres humanos tendemos a pasar página con una gran rapidez, hacer un Pablo Casado de todo y enseguida nos olvidamos.

Por cierto, un final tremendo. En política se puede pasar del todo a la nada.

-De héroe a villano. Vivimos en un momento de aceleración, las cosas irrumpen y desaparecen a gran velocidad, las promesas electorales se desvanecen...

Y un liderazgo sin poder...

-Un liderazgo sin Boletín Oficial es tremendamente frágil. Por eso Ayuso gana a Casado, no porque sea mejor, sino porque tiene un aparato autonómico. Decía hacer un Pablo Casado como alguien que en su sugestión personal y en su entorno estaba a las puertas de la Moncloa, sale por la puerta trasera suplicando que no le humillen demasiado, y enseguida todo se olvida. Y se olvida el germen de la controversia, un tema de posible corrupción, que a nadie en el PP le interesa.

Volviendo entonces a la covid.

-No hagamos lo mismo. Solo hay aprendizaje si hay un proceso activo de querer aprender. Nos ha pasado con la violencia de la Guerra Civil, de ETA, del Estado, que enseguida hemos querido pasar a otra cosa. Eso solo ha podido ser contrarrestado con un trabajo de memoria. Algo análogo pasará con esto. Tan importante como la gestión de la pandemia, es ahora trabajar en qué aprendizajes debemos hacer. Hemos conseguido la inmunidad biológica, no sé hasta qué punto, pero tenemos que conseguir la inmunidad social, formas de gobernanza, sistemas de detección, refuerzo de nuestro sistema de salud, que impidan que esto pueda suceder o que nos pille mejor preparados. Esa inmunidad es la más difícil.

Y ahora de nuevo una nueva crisis se superpone con otra.

-Llevamos así por lo menos desde Chernóbil. Desde entonces no conozco un momento de sosiego. Por tanto, más que en crisis ocasionales, tenemos que pensar que vivimos en una sociedad contagiosa, que contagia muy fácilmente debilidad económica, virus, fragilidad democrática, hostilidad bélica... Y transformar nuestros gobiernos para examinar permanentemente los puntos frágiles, las quiebras y las brechas de la sociedad.