- Las llamadas Torres de Meirás, o Pazo de Meirás,? es un pazo señorial situado en el término municipal de Sada (A Coruña), que mandó edificar la escritora Emilia Pardo Bazán, que residía allí varios meses al año y que fue residencia estival del dictador Francisco Franco hasta su muerte, y posteriormente de parte de los herederos, de su hija Carmen Franco, hasta que la controversia sobre la tenencia del inmueble llevó a la familia a ponerlo en venta en 2018, hasta que ayer la juez resolvió que es propiedad del Estado. El 18 de febrero de 1978 ardió la finca y con el incendio se perdieron documentos decisivos sobre la ascensión del dictador al poder, diarios personales e informes secretos sobre la restauración de la monarquía.

La sala de los Consejos de Ministros y las habitaciones privadas quedaron reducidas a cenizas pasto del fuego. Ardieron las acuarelas y los óleos pintados por Franco en sus horas de ocio, pero también esos papeles clave. Pese a que nunca aparecieron pruebas concluyentes que hicieran pensar que el incendio fue provocado, las especulaciones también echaron leña a este fuego, ya que la familia Franco quería deshacerse de él a cambio de un remanente.

Dos meses después del incendio, Carmen Polo, marquesa de Villaverde y duquesa de Franco, fue retenida varias horas por la policía en el aeropuerto de Barajas cuando estaba a punto de tomar un vuelo a Lausana. La única hija de Francisco Franco llevaba en el bolso dos kilos de oro y diamantes en monedas, broches y joyas.

Aunque se jactaron de haberse gastado 100 millones de pesetas en su restauración, en 2018 intentaron venderlo a través de Mikeli, la inmobiliaria cántabra, por unos 8 millones de euros. El anuncio lo definía como un “inmueble singular”. “Resalta el confort y la naturaleza que le rodea. Nos encontramos ante un recinto sin par, lleno de historia y detalles especiales (biblioteca, piezas arqueológicas, cuadros, dependencias, blasones, fuentes, cruceros, decoración, etc.) que le convierten en una oportunidad inmejorable”, se publicitaba. Lo que no recogía es que se trata de un Bien de Interés Cultural, como está declarado de manera oficial desde 2009. Tampoco se hacía referencia a la familia Franco en la publicación.