Donostia - El expresidente de Sortu, Hasier Arraiz, alejado de la vida política desde 2016, presentó ayer su primera incursión en la literatura, el ensayo Maitasun keinu bat besterik ez, en el que reivindica la ultima generación de autores vascos y defiende la necesidad de “autocrítica” y la “empatía” para “reconstruir puentes”.
Arraiz lideró la formación de la izquierda abertzale desde 2013 hasta 2016, cuando dejó la dirección y perdió la condición de parlamentario en la cámara vasca tras una sentencia el TSJPV que le condenó a dos años de prisión, que no tuvo que cumplir, y a inhabilitación para cargo público.
“Cuando estaba en política mi refugio era la literatura y en el momento que la cotidianeidad de la política ha quedado atrás, se ha abierto la posibilidad de dedicarme a esta otra pasión”, señaló.
Maitasun keinu bat, besterik ez (Un guiño de cariño, nada más; Erein) reivindica una generación de escritores vascos como Kirmen Uribe, Harkaitz Cano, Eider Rodríguez, Unai Elorriaga, Karmele Jaio, Katixa Agirre o Uxue Alberdi, entre otros, que “están a un nivel literario como muchos de sus antecesores” y “están abriendo puertas a los que vienen detrás”, afirmó Arraiz.
Considera que este conjunto de autores “está rompiendo”, desde una “perspectiva vasca”, con el “paradigma literario predominante en todo el mundo” que, a su juicio, es el “posmodernismo”.
Esta fórmula “explicaba e incluso acompañaba, al neoliberalismo, que en muchos lugares ha degenerado en autoritarismo”, según Arraiz, quien ha remarcado que “el mundo actual no es el mundo que explicaba el posmodernismo y, por lo tanto, tiene que haber otras narrativas que lo expliquen”.
En la segunda parte, el ensayo plantea “paisajes narrativos que están por transitar” en esa nueva generación de escritores. En este sentido Arraiz apela a “construir un nuevo relato nacional” como lo hicieron el exlehendakari José Antonio Agirre y sus compañeros, que “tenían una visión del mundo, la democracia liberal como aspiración, Estados Unidos y Gran Bretaña como modelo, y querían colocar a Euskadi en el mundo”.
“Luego Xabi Etxebarrieta y otros, que eran hijos de la Guerra Fría, formularon otro nuevo container con una perspectiva vasca”, agregó.
Ese “nuevo relato tiene que ver con una mirada al pasado más reciente” porque “no podemos olvidar el ciclo de violencia que ha hecho que muchos puentes se hayan roto en la sociedad” vasca, señaló.
Para ello es necesaria “la autocrítica que debe hacer cada persona” y “demostrar empatía hacia quien más han sufrido, si realmente queremos ser una comunidad”, indicó. - Efe