donostia - El arranque del juicio contra David Pla e Iratxe Sorzabal, acusados ambos de pertenencia a ETA, tenencia de armas y falsedad documental, llegó ayer centrado por los contactos que la organización armada y el Gobierno español desarrollaron en Oslo en 2012. Así lo aseguró Pla, quien ofreció su versión de los intentos para “desbloquear” la situación meses después de que ETA anunciara el final de su violencia.
“La actividad de ETA a partir de 2010 está totalmente unida al proceso de paz”, declaró Pla, que como Sorzabal se enfrenta hasta a diez años de prisión por una serie de acusaciones entre las que no se encuentran los cargos de dirigentes de la organización armada, al entender los instructores insuficientes las pruebas que pesaban contra ellos. El proceso abierto contra ambos podría ser el último pendiente en suelo galo contra ETA y su actividad.
Primero fue el turno de Pla, que fue el encargado de leer a rostro cubierto el comunicado de 2011 en el que ETA anunciaba el final de su actividad violenta. Uno de los puntos centrales de su declaración residió en la estancia que él, Sorzabal y Josu Urrutikoetxea realizaron en “un país europeo” entre octubre de 2011 y febrero de 2013. En concreto y aunque no lo citó expresamente, en Noruega, donde según los declarantes, se llevaron a cabo por mediación de un religioso contactos con el Gobierno español. Esta persona habría llegado a Noruega a finales de 2012 enviado por el Gobierno de Mariano Rajoy, y se volvería cuando los representantes de ETA interrogaron al Ejecutivo que aclarara “para qué quería esa vía”.
Tampoco fructificaron los contactos con el Ejecutivo francés, y los tres representantes de ETA en Oslo tuvieron que abandonar Noruega y la organización armada optó por la vía unilateral para el desarme que cristalizó en abril de 2017. En el caso de Sorzabal y Pla, fueron detenidos en una casa rural de Baigorri en 2015, mientras que se desconoce el paradero de Urrutikoetxea.
En lo que se refiere al testimonio de Iratxe Sorzabal, lejos de entrar en los detalles que le interrogaba el tribunal sobre el arma o la documentación incautada, la exmilitante de ETA avisó al magistrado de que los cargos que estaba leyendo sobre ella formaban parte de una autoconfesión realizada bajo tortura.
A la vista oral de París, que se espera concluya hoy, asistieron entre otros los miembros de EH Bildu y EH Bai Julen Arzuaga y Xabi Larralde, respectivamente.