Donostia - La implosión en el PDeCAT se encuentra en vías de producirse si su primera Asamblea Nacional en sus dos años de existencia no logra reconducir su escenario este fin de semana. El pulso entre las diferentes familias se ha acrecentado en las últimas horas al no haber un acuerdo sobre el escalafón que debe ocupar la actual coordinadora general, Marta Pascal, aunque diferentes sectores sí avalarían a David Bonvehí como presidente del partido. De hecho, el propio Carles Puigdemont se daría el lunes de baja en el partido si ella sigue al frente de la formación demócrata. El cónclave debe definir su dirección y si apuestan por la inclusión en la Crida Nacional per la República impulsada por el expresident. Las presiones desde diversos sectores se multiplican mientras Pascal parece dispuesta a encabezar su candidatura como nueva secretaria general pese a los movimientos de los críticos, que se plantean presentar una lista alternativa si no se consigue una lista de consenso.

La formulación de la actual líder pasaría por colocar en la presidencia a Bonvehí, ahora coordinador organizativo, bien relacionado con Puigdemont, que descartó regir los destinos del PDeCAT, y con quien Pascal ha hecho tándem en los últimos dos años, y mantenerse ella como coordinadora o secretaria general. Sectores con apoyos al más alto nivel propusieron como solución intermedia, para evitar el choque, una dirección de mínimos para preparar en un futuro próximo la integración en el movimiento de Puigdemont. La solución pasaría por situar a Bonvehí como presidente del PDeCAT, en una cúpula sin coordinador general ni coordinador organizativo y con presencia de la propia Marta Pascal ya sin su rol de máxima dirigente, así como de otros miembros de la dirección actual, de consellers y de representantes de los distintos sectores. Pero los cercanos a Pascal no tienen intención de rebajar el estatus de esta, que ayer se desplazó a la cárcel de Lledoners para reunirse con los dirigentes del partido presos, con el fin de intentar llegar a un pacto que resuelva la disputa por el liderazgo. “Creo que nos pondremos de acuerdo porque no hay diferencias de fondo, no hay diferencias insalvables”, dijo Pascal.

La determinación de Puigdemont de superar rencores y estrategias apelando a la necesidad de un relevo es tal que el pasado miércoles, en una reunión en Hamburgo con un grupo de alcaldes, les comunicó que si ella se mantenía en la cúpula, él abandonaría el partido, lo que en la práctica supondría una escisión de una formación independentista situada en el centroderecha.