Donostia - Primero fue el perdón ante las víctimas que ETA asesinó en Errenteria y ayer, ante los muertos durante la violenta semana pro amnistía de 1977. El alcalde de la villa, Julen Mendoza, verbalizó en su nombre y en el de cuatro antecesores las disculpas si la institución no ha estado a la altura ni en los días de la cruenta represión ni en las cuatro décadas que, con gobiernos de la izquierda abertzale y del PSE, han transcurrido desde entonces.

“Reconocemos la ausencia de reconocimiento institucional del Ayuntamiento como institución a lo largo de todos estos años y las vulneraciones de derechos humanos ocurridos en la semana pro-amnistía de mayo de 1977”, señaló Mendoza en nombre de los exalcaldes Xabin Olaizola (HB), Adrian Lopez (PSE), Miguel Buen -PSE, que no pudo asistir-, Juan Carlos Merino (PSE) y él mismo (EH Bildu).

“Si esta ausencia, unida a la impunidad de estos hechos, ha podido contribuir a agravar una sensación de abandono, a la estigmatización de las víctimas, a mantener oculto parte de la verdad de lo ocurrido, a mantener el miedo en estas personas, en definitiva, a generar un mayor sufrimiento al que ya se padecía, pedimos perdón”, expresó Mendoza para cerrar un acto que contó con la aportación de la que fuera miembro de Lokarri Aitziber Blanco y el testimonio de varias de las víctimas recordadas.

Mendoza cerró un acto que recordó a las dos víctimas mortales que la acción policial dejó en Errenteria (Rafael Gomez y Gregorio Gurrutxaga), a las que hubo sumar un vecino de la localidad tiroteado en Iruñea (José Luis Cano), y un operario de autopista que murió atropellado cuando la Guardia Civil ordenó retirar una barricada en la A-8 a su paso por Errenteria (Clemente Caño).

Familiares de estas cuatro personas se acercaron ayer al Centro Cultural Niessen, en el que Mendoza recordó a las siete personas heridas de bala aquella semana en Errenteria, cinco de ellas, el mismo 12 de mayo.

Estos datos y el mismo acto de ayer se basan en el informe Hacia una memoria compartida que el Consistorio, con el respaldo de todas las fuerzas políticas con representación municipal, publicó el 10 de noviembre de 2015, que recoge las violaciones de derechos humanos que sucedieron en Errenteria entre 1956 y 2012.

Dicho trabajo que elaboró Argituz, editó el Ayuntamiento y contó con la ayuda de la Diputación sirvió de punto de partida para el recuerdo y el perdón que el primer edil actual, de la izquierda soberanista, pidió a las víctimas de ETA en junio de este año.

El turno ayer fue para las víctimas de la II Semana pro Amnistía. “Alguno o alguna se preguntará, y reconocimiento para qué si aquello ocurrió hace ya 40 años. Y la respuesta muy probablemente sea: para romper el silencio”, declaró Mendoza, que consideró que “lo que está en juego es el derecho a la verdad. La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”.

“Ese silencio, también, ha tenido dos ingredientes fundamentales: la impunidad y la falta de reconocimiento institucional”, reconoció el primer edil, con base en el Informe de la Comisión de Valoración sobre víctimas de la violencia policial de la CAV entre 1960 y 1978. Mendoza denunció las “dos caras de la impunidad”. Por un lado, la falta de investigación oficial; por otro lado, las presiones que recibieron las víctimas para no denunciar, a las que añadió “el silencio institucional” que ayer los exalcaldes y el actual primer edil quisieron remediar con un “importante paso en el camino de la paz y la convivencia”.

Del 12 al 16 de mayo. Murieron en total 7 personas, tres en Errenteria, dos en Iruñea, una en Ortuella y otra en Bilbao.

Tres víctimas mortales. Rafael Gómez, de 78 años, padre de dos hijos, muere el día 12 por un disparo de la Guardia Civil cuando se encontraba con un amigo junto al batzoki de Errenteria. José Luis Cano, vecino de la localidad, cajista de La Voz de España y afiliado a CCOO, muere el día 13 en Iruñea por un tiro a corta distancia de la Policía Armada. El mismo día, Gregorio Maritxalar, de 63 años, recibe un disparo en el balcón de su casa y fallece el día 23.

Más víctimas. Aquella semana dejó otras víctimas. Una mortal, como la del operario Clemente del Caño, que falleció arrollado en la autopista cuando por orden de la Guardia Civil retiraba una barricada a la altura de Errenteria. Hubo otras siete personas heridas de bala.