El pasado sábado recomendamos a los cerebros de los respectivos equipos de campaña del #26J que imitasen a sus homólogos estadounidenses y organizasen una entrevista de los candidatos con los youtubers más influencers del panorama estatal. Una acción que agitaría la campaña, sin lugar a dudas. Hemos pasado la semana dándole vueltas al asunto, y creemos que quizás hayamos pecado de listillos y sea más fácil decirlo que hacerlo.
Es un hecho: los youtubers molan y la vieja política, no. Las estrellas del canal de broadcasting digital no se mojan por ningún candidato concreto. No lo han hecho nunca. Pero también es un hecho que en los pasados comicios, algunos hicieron campaña en contra de la abstención. Wismichu, YellowMellow, Desahogada y Jpelirojo, por ejemplo, animaron fervorosamente a sus seguidores a ejercer el derecho al voto. Parece ser que hablar abiertamente de política y tener millones de seguidores deseosos de ver tu siguiente vídeo son dos cosas que, en principio, son compatibles.
Nos lo confirma ElRubiusOMG, el único que ha hecho pública su opción política. El youtuber de habla hispana más exitoso, que acumula más de 18 millones de seguidores (casi la mitad de la población del Estado español), admitió en el programa de Risto Mejide haber votado a Manuela Carmena. Algo novedoso que ha generado mucho debate en numerosos foros y timelines.
Las campañas ya no son lo que eran y los actores políticos no acaban de digerirlo. Antoni Gutiérrez Rubí lleva razón en esto. La empresa privada ha tomado la delantera a los partidos políticos en lo que a comunicación pública se refiere. Mientras los políticos siguen sobrevalorando el poder de la intuición y la corazonada, la empresa privada utiliza los sistemas más sofisticados de medición de datos para saber cuáles son los intereses reales de la gente y actuar en consecuencia. Enfocando su estrategia comunicativa con base en datos reales, empíricos y medibles. Números.
¿Han reparado al número de seguidores que tienen los partidos en YouTube? El PP tiene 7.878 seguidores; el PSOE tiene 10.818; Podemos, 72.562; el PNV, 523; y EHBildu, 1.463. Ni sumando todos los seguidores de todos los partidos que tienen cuenta en YouTube llegan al número de seguidores que tiene cualquiera de los youtubers del Estado. Los partidos tienen serios problemas para llegar a sus posibles votantes.
Un par de preguntas para acabar: si alguno de estos youtubers se mojase por un candidato, ¿hasta qué punto podría decantar la balanza hacia uno u otro lado? ¿Podría movilizar acaso a una horda de jóvenes que cambiasen los resultados?