madrid - El exministro del Interior socialista Antonio Asunción, responsable de la política de dispersión de los presos de ETA, falleció ayer en Valencia a los 64 años como consecuencia de una enfermedad detectada hace unas semanas. Fue él, siguiendo las instrucciones del entonces ministro Enrique Múgica, el que diseñó y controló la dinámica de dispersión y seguimiento individualizado sobre los presos de ETA, razón por la que se convirtió en uno de los objetivos de la organización armada.
Afiliado al PSOE desde 1977, inició su carrera política en 1979, cuando fue elegido alcalde de su localidad natal tras las municipales del 3 de abril y reelegido alcalde de nuevo en 1983. Ese año accedió a la presidencia de la Diputación Provincial de Valencia, cargo que renovó en 1987 y en el que se mantuvo hasta el año siguiente. Años más tarde fue nombrado director general de Instituciones Penitenciarias y en febrero de 1991 fue promovido a secretario general de Asuntos Penitenciarios, cargo que dejó en abril de 1993. El 23 de julio fue nombrado secretario de Estado de Asuntos Penitenciarios.
Durante aquella legislatura, el Gobierno llevó a cabo la política de dispersión de presos de ETA y puso en marcha un plan de construcción de nuevos centros penitenciarios, además de hacer frente a una prolongada huelga de hambre de presos del GRAPO, que llevó a la muerte a uno de ellos, José Manuel Sevillano.
Asunción fue nombrado ministro del Interior el 24 de noviembre de 1993, después de que su antecesor, José Luis Corcuera, dimitiera al anular el Tribunal Constitucional algunos artículos de la Ley de Seguridad Ciudadana. Duró apenas medio año en el cargo, ya que dimitió el 30 de abril del año siguiente. Y lo hizo porque le salpicó todo el agua sucia que las cloacas del Estado español levantaban a mares en aquellos años de gobierno de Felipe González. El detonante de su renuncia fue la huida a Laos del entonces director de la Guardia Civil Luis Roldán, acusado de malversación de fondos públicos, cuando el nuevo ministro apenas había tenido tiempo de sentarse en su despacho. Asumió su responsabilidad política y dimitió. Felipe González, aceptó su renuncia el 4 de mayo y el ministro de Justicia, Juan Alberto Belloch, asumió además la cartera de Interior.
En 1998 intentó hacer carrera en el PSOE de Valencia y a punto estuvo de lograrlo, pero volvió a dimitir un año después como portavoz y parlamentario regional cuando le cerraron el paso para liderar la formación. Cuestionó el proceso de primarias del partido y en 2011 la dirección socialista le suspendió de militancia. Sus desavenencias le llevaron a unirse a los nuevos postulados de Ciudadanos. Desaparecido durante un tiempo de la escena pública, el pasado 17 de junio, volvió a ser noticia al ser imputado por la Audiencia Nacional por la venta de su participación en una piscifactoría al Banco de Valencia. - N.G.