donostia - El dirigente de la izquierda abertzale Pernando Barrena aseguró ayer ante el tribunal de la Audiencia Nacional que le juzga por pertenencia a ETA que cuando Alfredo Pérez Rubalcaba fue ministro del Interior pidió tener una “vía de comunicación directa” con él.
Durante su declaración ante la sección segunda acusado de un delito de integración en banda terrorista, por el que se enfrenta a una petición fiscal de 10 años de cárcel, Barrena explicó que después de que Rubalcaba accediera al Ministerio del Interior en abril de 2006 un miembro del gabinete de la Delegación del Gobierno de Navarra le transmitió su interés de comunicarse con él.
Ese interés pasaba, explicó, por “abrir una vía de comunicación directa” entre Barrena y Rubalcaba “para abordar temas de urgencia o que necesitaban de soluciones inmediatas relacionadas específicamente con necesidades del Ministerio del Interior”.
Rubalcaba accedió al Ministerio un mes después de que ETA anunciara una tregua, que rompió unilateralmente en diciembre de ese año con el atentado de la T4 en Barajas.
Barrena explicó que con representantes del PSOE tuvo relaciones políticas desde 2001, una vía de interlocución “que duró prácticamente 8 años”.
Según el dirigente de la izquierda abertzale, a esas reuniones acudían Patxi López y Rodolfo Ares, que a los efectos actuaban “en tiempo real” como representantes del Gobierno español” (el PSOE llegó al Gobierno en 2004).
En concreto, especificó que estos interlocutores se erigían en representación de Rubalcaba como ministro y “en ocasiones” del propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Tras la ruptura del alto el fuego en diciembre de 2006, Rubalcaba anunció en mayo de 2007 el fracaso de las conversaciones con la izquierda abertzale y que arrestaría a más de 200 militantes, una promesa que, según Barrena, cumplió (en octubre se detuvo a la cúpula de la reconstruida Batasuna) con un criterio “estrictamente político y que no tiene nada que ver con la legalidad”.
Durante su interrogatorio, el acusado explicó de forma pormenorizada su versión sobre la evolución de esa organización desde que en 2002 se suspendieron sus actividades por orden judicial.
Barrena comenzó su declaración, en la que solo contestó las preguntas de su abogado, afirmando que le parecía “sorprendente” que se le impute cuando su participación en la izquierda abertzale entre 2005 y 2007 (periodo que se enjuicia) fue “a título particular” y en el ejercicio de su “libertad de expresión”.
La Fiscalía le imputa un total de 110 actos públicos y ruedas de prensa en esos años como dirigente de lo que, según el ministerio fiscal, supuso la renovación, por orden de ETA, de Batasuna, organización que fue ilegalizada definitivamente por el Tribunal Supremo en 2003.
Barrena, que según dijo fue hasta ese momento miembro de la mesa nacional de Batasuna, afirmó que respetó la decisión judicial de ilegalizarla y que, a partir de ese momento, pasó a luchar para solucionar el problema vasco de manera personal y en el ejercicio de sus “derechos civiles y políticos”. Así, justificó su actividad política en la creencia de que “prioritario trabajar en favor de un proceso de paz para acabar con la violencia en el País Vasco”, explicó.
Según su versión, pasados unos dos años desde la ilegalización, los militantes de la izquierda abertzale pensaron que podía haber posibilidad de “relegalización”, pero en enero de 2006, cuando se renovó la suspensión, se dieron cuenta de que “Batasuna no era una marca de futuro” y se desechó “definitivamente” como tal
apoyo A la sesión de ayer en apoyo a los encasados, acudieron un grupo de exconcejales de la izquierda abertzale en Arrasate. Entre ellos se encontraba Josu Zabarte, antiguo activista de ETA y recientemente libre de su condena por la suspensión de la ‘doctrina Parot’. Ataviado con una txapela y un pañuelo naranja al cuello, con el lema “libre” -acuñado por la izquierda abertzale para denunciar la celebración de juicios políticos- Zabarte se sentó entre el público asistente, en la sala de vistas junto al resto del grupo de apoyo. Todos ellos acudieron al juicio en apoyo a una de las acusadas, Ino Galparsoro, exalalcaldesa de la localidad por ANV. Entre ellos también se encontraba el también exalcalde por Herri Batasuna Xabier Zubizarreta.