Donostia. Veinticuatro horas más tarde del comunicado emitido por ETA en el que se reafirmaba en el "alto el fuego permanente y de carácter general, que puede ser verificado por la comunidad internacional" que declaró el 10 de enero, y ofrecía a esta última la verificación "no formal" de dicho parón, la izquierda abertzale destacó ayer la "gran madurez política y un gran sentido de la responsabilidad" de la organización terrorista al "estar a la altura del momento político".
Lo hizo en contraposición de la postura que, según la propia izquierda abertzale histórica, habrían adoptado los estados español y francés de "nula voluntad" de confirmar los extremos del alto el fuego.
Mientras considera la voluntad de ETA de que se verifique su cese de actividad como un "modo de que se hagan efectivas decisiones" que ha adoptado, la izquierda abertzale cree que "se ha vuelto a constatar el escaso nivel y la grave falta de responsabilidad de gran parte de la clase política". Para este sector, se habría respondido a "un importante paso de ETA" con "lecturas de manual" en un momento en el que "la única respuesta estatal a los pasos que se han dado desde Euskal Herria ha sido la represión en sus diferentes ámbitos".
Aun así, la propia izquierda abertzale reconoció en su comunicado que las intervenciones de diferentes ministros españoles y franceses "valorando positivamente los compromisos anunciados demuestran que incluso al Estado se le hace difícil mantenerse en su trinchera política".
En contraposición a estos planteamientos, el lehendakari, Patxi López, mostró su satisfacción por "una línea de pensamiento que ayer (por el domingo) recorrió a casi todos los partidos", ya que él cree que las formaciones políticas no deben "liarse en debates sobre este asunto y, afortunadamente, parece que hay una coincidencia".
Estas declaraciones y el comunicado de ETA coinciden con la celebración del primer año desde que el abogado sudafricano Brian Currin hiciera pública en la capital belga la denominada Declaración de Bruselas.
En ella, prestigiosos firmantes como el expresidente de Sudáfrica Frederik de Klerk, el arzobispo Desmond Tutu o los exprimeros ministros norirlandeses John Hume y Mary Robinson reclamaban a ETA un "alto el fuego permanente e incondicional, controlado por un organismo internacional independiente".
Además, dan la "bienvenida" y "elogian los pasos propuestos y el nuevo compromiso público de la izquierda abertzale" que, por ahora, no ha encontrado la respuesta legalmente deseada por parte de los tribunales.
Grupo internacional de contacto Doce meses más tarde, el propio Currin, pese a contar con el rechazo expreso de los gobiernos vasco y español- puso en marcha un Grupo Internacional de Contacto (GIC) compuesto por cinco expertos de distintos ámbitos de la resolución de conflictos que se presentaron en Bilbao en marzo y se reunieron a finales de la semana pasada en el extranjero.
El abogado sudafricano, en una carta enviada la semana pasada a las formaciones vascas que se reunieron con él en su última visita, "reconoce y respeta el rol de los poderes judiciales y ejecutivos y de los servicios de seguridad españoles" pero, según anunció, busca con las próximas iniciativas del GIC implicar al Ejecutivo que lidera un tocado José Luis Rodríguez Zapatero.