Unai Laso y Peio Etxeberria cumplieron en la mañana de ayer en el Frontón Bizkaia con la liturgia de la elección de material para la final del Cuatro y Medio. No hubo sorpresas ni quejas con las cuatro pelotas seleccionadas. Los dos pelotaris navarros, que buscarán el domingo su primera txapela de la jaula, resolvieron con celeridad el trámite. Tanto el representante de Baiko como el de Aspe acabaron contentos con los lotes. Ambos son conscientes de que el cara a cara en Miribilla será a cara de perro, muy físico e intenso. La marca de la casa tanto del juego del delantero de Bizkarreta-Gerendiain como el de Zenotz.
“Son cuatro pelotas buenas. En las del él hay una que destaca por velocidad, pero bueno, al final las mías me han gustado mucho, son un poco diferentes, con sus características y son buenas pelotas”, destacó en la sala de prensa Etxeberria, que regresa a Bilbao un año después para jugar su segunda final consecutiva del acotado. En la edición pasada, un gran Jokin Altuna no le permitió alcanzar la gloria (22-9). Ahora tendrá como contrincante a Laso, al que derrotó en la liguilla de cuartos de final. Peio no escondió que, según se acerca la gran cita, las pulsaciones suben por momentos: “Es un día grande, no estamos acostumbrados a jugar ni con tanta gente ni una final todos los días, y está ahí el gusanillo, hoy (por ayer) más con la elección. Todo se remueve un poco, ya que se va acercando ese gran día”.
Cuestionado sobre qué duelo espera el domingo, el delantero de Zenotz, un torbellino en la cancha, fue claro: “Si los dos damos lo nuestro, será un partido duro. Unai se agarra a todo, yo también me considero un pelotari que lucha por todos los pelotazos y ojalá sea así, eso significará que estamos los dos centrados y ojalá salga un buen partido”. Quizás con el recuerdo de la final del año pasado en el Bizkaia, en la que Altuna III le pasó por encima y no le permitió desarrollar su juego, Etxeberria reconoció que “lo que sí me preocupa es mi estado, de estar bien, de estar centrado, y, a partir de ahí, salir a jugar”.
Un cara a cara parejo
Tres años después de perder la final de la jaula ante Jokin Altuna (22-20), Unai Laso regresa al mismo escenario para resarcirse. Lo hace después de superar una tediosa lesión de cadera y de disputar la txapela del Manomanista. El de Bizkarreta-Gerendiain también regresó a casa contento con el material seleccionado: “Las dos que he visto, el cuero y la forma, me han gustado. Creo que son las correctas. Pero las de él también me han parecido que están muy bien. Muchas veces empiezas sacando con tus pelotas, pero luego te hace tanto él, te gusta alguna suya y no le suelo dar muchas vueltas”.
El de Baiko consideró que la cita en el Bizkaia está equilibrada. “Estamos bastante igualados. Es la segunda final seguida de él, el Cuatro y Medio se asemeja muy bien a su juego, sobre todo de arriba de costado demuestra que es un rival muy duro, yo también he demostrado que puedo serlo y estamos parecidos”, señaló un Unai Laso que intenta gestionar de la mejor manera posible los nervios: “A lo largo de la semana, también en semifinales, o cuando estás solo, te viene a la cabeza el pensamiento del partido y siempre te entra ese nerviosismo en el cuerpo. Hay que saber que el nervio está ahí y gestionarlo de la mejor manera posible”.