Iker Larrazabal ha sido el nombre propio del Torneo San Fermín, la primera de las grandes ferias veraniegas. El delantero de Amurrio, que cumplía 21 años en plenas fiestas pamplonicas, ha disipado las dudas que se cernían en torno a él al alcanzar la final en su estreno en una competición estival de Primera. En ella, Larrazabal y Jon Mariezkurrena cayeron con claridad ante Altuna III y Rezusta (22-11). Ni siquiera ese borrón, si se puede calificar así a lo hecho por un debutante en su primer gran desafío como parte de la elite manista, le arrebata la sonrisa del rostro al joven alavés, quien asegura haber quedado “muy contento” con su paso por la feria sanferminera. “Me han dado la oportunidad de poder jugar con los mejores y de hacerlo con Jon, con quien no había jugado nunca. Me quedo un poco triste por la final que hicimos, ya que no jugamos muy bien, pero hay que aprender y seguir disfrutando”, añade.

Larrazabal admite que, en la final del Labrit, Altuna logró engatusarle y llevarle a un cuerpo a cuerpo cerca del frontis en el que el delantero de Aiaraldea tenía todas las de perder ante el mago de Amezketa: “Altuna es muy listo, he aprendido mucho de él. Tengo que cambiar alguna cosa, seguir mejorando y a ver si el próximo partido contra Jokin le podemos ganar”.

Frente a un binomio de la talla de Altuna-Rezusta, Larrazabal tampoco pudo contar en la zaga con un dominio tan apabullante como el que había ejercido Mariezkurrena en los dos partidos previos de la liguilla de clasificación contra Elordi-Martija y Peña II-Albisu: “Es una pareja muy completa. Rezusta ha andado muy bien y Altuna es el mejor ahora mismo. Es complicado ganarles”. El de Amurrio reconoce que no se plantearon variar la táctica en función de lo que tenían enfrente: “Como en todos los partidos que hemos jugado juntos, yo tenía que hacer mi juego, darle más velocidad a la pelota y entrar lo máximo posible, que es lo que se me da bien, y él dominar. Jon me daba animos y me decía que disfrutase, que también es importante”.

Precisamente, ese juego alegre, sin miramientos, ese desparpajo en el remate, hizo que Larrazabal se metiera en el bolsillo a la parroquia del Labrit, muy devota de este tipo de delanteros que se mueven al filo de la chapa. A Iker le ha llegado ese agrado de la afición. “Siempre me han dicho cosa buenas y estoy muy contento… Tengo que seguir trabajando y dar lo mejor de mi”, indica.

Esta de San Fermín ha sido sólo la primera de una seria de grandes citas para Larrazabal en un verano en el que se ha convertido en la apuesta más novedosa de Baiko. “Han tenido confianza conmigo y estoy muy agradecido por ello.  Debo seguir mejorando, porque me queda mucho para llegar al nivel de los grandes pelotaris. El ritmo, los nervios y la tensión se notan en estos torneos de Primera. Para el siguiente, espero estar más tranquilo y disfrutar. No se juega todos los días con los mejores”, manifiesta.

Tras su paso por Iruñea, el alavés estará también en la gran feria de su tierra, la de La Blanca, así como en la de Bilbao -en ambas de nuevo con Mariezkurrena como guardaespaldas-, además de en el Masters CaixaBank. En esta última competición, la que vertebra la campaña veraniega de un tiempo a esta parte, formará sociedad con José Javier Zabaleta, el considerado casi por unanimidad, también por Larrazabal, como número uno de la zaga: “Estoy muy contento de jugar con él. A ver qué tal andamos, seguramente bien, porque ahora mismo es el mejor zaguero. Es lo que sueñas desde pequeño, jugar con pelotaris de este nivel. Intentaré disfrutar, hacerlo lo mejor posible y al menos ganar el primer partido”.

Ese primer envite junto a Zabaleta será el que disputen el próximo día 25 en Elizondo frente a Elordi y Albisu. Hasta entonces, Larrazabal dispondrá de una semana de descanso, pero no está dispuesto a perder el tiempo: “Tengo que seguir entrenando. Hay que mejorar y estar al cien por cien”. Quiere incidir en una evolución que, tanto él como los técnicos de Baiko, perciben claramente desde que debutara hace casi tres años: “Físicamente he mejorado mucho. En aficionados hacía los tantos más rápido. Ahora todo es más duro y también mentalmente hay que estar mejor preparado”