Donostia - Xabier Tolosa (Anoeta, 1995) debutó en la pelota a mano profesional en 2013 con una pátina dorada. En poco tiempo, los rectores de Aspe tomaron la decisión de incluirle en combinaciones importantes de manera esporádica, para que se fajara, y en 2015 y 2016 se coronó campeón del Parejas de Segunda junto a Erik Jaka y Gorka Esteban, respectivamente.

Sin embargo, el 13 de febrero de 2018 el de Anoeta se encontró en una encrucijada. “Me lesioné en la muñeca derecha sin un mal golpe. Sentí de repente un dolor muy fuerte. Me hicieron una resonancia a los dos días, pero no se apreciaba nada grave”, cuenta Tolosa, que peleó por recuperarse y volvió a las canchas el 1 de abril en Lekeitio. “Volví a sentir dolor al golpear. Sabía que tenía algo”, recuerda el zaguero. ¡Eureka! Tenía fracturado el fibrocartílago triangular de la muñeca derecha.

El plan de los doctores de la promotora era solventarlo con infiltraciones en vez de optar por una intervención quirúrgica. “Tuvieron efecto y jugué algunos partidos en verano, pero en agosto volvieron a aparecer las molestias y tomé la decisión de operarme”, rememora.

Fue el 4 de octubre. Regresará a las canchas el domingo con un encuentro de rodaje, cuatro meses después. En total, un año de vaivenes. Volverá en el Beotibar, donde se lesionó. “Ha sido duro, porque no había tenido una experiencia similar en toda mi carrera deportiva. Probar diferentes tratamientos y no tener éxito fue un palo fuerte. A pesar de todo, tuve la opción de operarme y las sensaciones fueron mejorando a raíz de ahí”, declara el zaguero. Es tajante: “Tengo ganas de vestirme de blanco”.

“momentos duros” Después de un año sin jugar con continuidad, Xabier Tolosa reconoce haber aprendido a mirar hacia delante. “Son momentos duros y en los que aprendes a apreciar cuando estás bien en el frontón, en esos instantes no eres consciente de la suerte que tienes”, afirma el de Anoeta, quien considera que “ahora disfrutaré más”. Ya ve la “luz al final del túnel”.

Asimismo, el pelotari desbroza que “la familia, los amigos y los compañeros de Aspe” siempre le acompañaron en el curso de tránsito por el desierto. Recuerda especialmente a Jokin Altuna y Erik Jaka, con los que mantiene una relación estrecha. “Estoy físicamente bien y en el frontón noto mejoría cada semana. Tengo ilusión”, finaliza el manista guipuzcoano.