Pamplona - No había partido en el frontón Labrit ayer por la mañana, pero lo parecía. Unas 300 personas acudieron a La Bombonera para acompañar a Juan Martínez de Irujo en un complicado momento, el del anuncio de su retirada de la pelota profesional por culpa de una patología cardiaca que le detectaron hace ahora casi un año. Ni su familia, ni sus amigos, ni sus compañeros ni sus seguidores dejaron solo a un Irujo que ayer dejó de ser pelotari de forma oficial para convertirse en leyenda.

Al delantero de Ibero le abrumó la presencia de tanta gente. En el emotivo acto estuvo acompañado por sus seres más queridos, como Gema, su pareja; Arhane y June, sus hijas; y sus padres, Vitori y Juan Ángel. No faltaron sus amigos, los nuevos, los viejos y los de siempre, ni tampoco sus compañeros de Aspe, incluso algunos ex y ahora socios en ElkarPelota. Sus seguidores, de todas las edades, también le arroparon, como los miembros de la Federación Navarra de Pelota Vasca, el gerente de Asegarce, Rafa Echeverría, y algún rostro conocido, como el del exfutbolista de Osasuna César Cruchaga. Todos propiciaron un adiós abrumador.