Donostia - El 13 de julio, a punto de acabar los sanfermines y la primera feria del verano manista, Juan Martínez de Irujo y Aspe citaron a los medios de comunicación en el Hotel Tres Reyes de Iruñea, a un paso del bullicio de las fiestas iruindarras. El pelotari de Ibero llevaba ya varios meses de ausencia. De hecho, se encontraba de baja por una rotura en el dedo corazón de su mano derecha, producida en el 11-10 de la final del Parejas. El pelotari navarro, uno de los máximos dinamizadores de la mano profesional durante la última década, bravo, capaz de jugar con la mano rota e, incluso, de ganar txapelas -ya pasó con el Parejas de 2014 y el Manomanista de 2014, por ejemplo-, tuvo que decir basta. El dedo le ardía. La mano no le funcionaba. El partido se deshilachó y Aimar Olaizola y Mikel Urrutikoetxea se llevaron la txapela antes de tiempo.

Eso pasó el 9 de abril en el frontón Bizkaia de Bilbao. Después, llegó la renuncia al Manomanista, al que accedía en su tercera semana y, más tarde, llegó la bomba.

La rueda de prensa comenzó con un críptico y directo, marca de la casa, Irujo. “Quiero contar que me ha salido una dolencia cardiaca, que es una lesión y que no es concluyente. Estamos a la espera de más valoraciones”, espetó. Además, en aquella comparecencia pública, el pelotari confirmó que no quería ser “ni optimista ni pesimista” respecto a un problema, que no fue siquiera desglosado en la cita y que se mantiene sin salir a la luz pública. “Quiero recalcar que es una baja temporal y que mi ilusión es volver a vestirme de blanco y volver a jugar a pelota, que es lo que más me gusta”, explicó el de Ibero, que siempre ha mostrado su “prudencia”.

La alteración en el corazón de Martínez de Irujo fue detectada tras unas pruebas físicas y médicas rutinarias de Aspe en el centro hospitalario IMQ San Miguel de Iruñea “a finales de mayo o principios de junio”. En una prueba que consistía en correr sobre una cinta con electrodos de cara a valorar el estado cardiaco sin entrar en fases de esfuerzo, “saltó la sorpresa”. Desde entonces, el delantero se puso a buscar valoraciones de cardiólogos para ver cómo actuar. Asimismo, en el horizonte de su camino siempre ha estado moverse a “nivel internacional”.

Siendo citado como baja temporal desde el principio, cinco meses después y tras varias apariciones en los medios, la situación de Martínez de Irujo y su posible regreso a las canchas sigue en el mismo estado de parón. Desde la empresa valoran que las cosas continúan igual, que es “un gran activo” para la pelota a mano y que el aficionado le echa de menos. Él mismo dijo “encontrarse bien”. Medio año después sigue la incertidumbre con respecto a su posible vuelta a vestirse de blanco. Lo que es cierto es que el manista ejecuta actividad física diaria por debajo de las 160 pulsaciones por minuto y no puede realizar entrenamientos de pelota. - I.G. Vico