Fiesta sorpresa en Ordizia
iker irribarria celebró el triunfo anoche en la sidrería tximista, junto a sus familiares y amigos
donostia - La noche se le hizo larga a Iker Irribarria. Y no era para menos. La ocasión lo requería. Los amigos de su padre, el ordiziarra Iñaki Irribarria -exjugador de baloncesto-, organizaron al nuevo campeón una fiesta sorpresa en la sidrería Tximista de Ordizia. Una celebración -preparada fuese cual fuese el resultado de la final- por todo lo alto, a la que asistieron la familia, en especial sus aitas Iñaki y Marijo y su hermano Eki (11 años), y los amigos del pelotari de Arama.
Los allegados del padre de Iker, que son sus “fans número uno”, habían organizado este sentido homenaje al detalle. Para que no faltara nadie, habida cuenta de que Irribarria tiene muchos amigos de corta edad, acordaron con la sidrería poner precios populares para una cena que comenzó pasadas las 22.00 horas. Y, como era de esperar, el establecimiento se llenó al agotarse días atrás los tickets que se pusieron a la venta.
La fiesta contó, además, con la actuación de dos bertsolaris -Aitor Mendiluze y Agin Laburu- por cortesía de la sidrería.
Arama, presente en el frontón Una buena representación de Arama asistió a la final del frontón Bizkaia encabezada por su alcalde, Asier Mujika, que siguió el emocionante partido en la grada justo detrás de su homólogo bilbaino, Juan Mari Aburto; nada más y nada menos que el primer edil de la localidad con más habitantes de Euskadi, Bilbao -algo más de 345.000 habitantes-, junto con el de una de las poblaciones con menor población, Arama -215 vecinos, entre ellos varios prometedores deportistas-.
Se da también la circunstancia de que Asier Mujika sucedió en el cargo como máximo representante del municipio guipuzcoano a la madre de Iker Irribarria, la aramarra Marijo Olazabal -exatleta del club de atletismo de Ordizia-.
Siendo hijo de un exjugador de baloncesto y de una atleta, el gen competitivo no podía faltar en Iker, que a sus 19 años ya ha demostrado ser todo un campeón, además situar a Arama como capital del deporte por un día.
El pequeño municipio guipuzcoano, en definitiva, se quedó vacío primero para asistir al histórico encuentro de pelota en la cancha bilbaina y después para participar en la fiesta sorpresa que brindaron a un Irribarria que se mostró muy emocionado con el homenaje. Lo dicho, la ocasión lo merecía.