Bilbao. Aimar Olaizola acabó el partido cabizbajo, cabreado. Pero no podía reprocharse nada a sí mismo ya que lo había dejado todo en la cancha, simplemente se había topado con un rival que rozó la perfección y, como reconoció el de Goizueta al acabar el encuentro, no le dejó ningún tipo de posibilidad.
"No vale poner excusas, cuando un rival roza la perfección hay poco que hacer". Así de rotundo se mostró el pelotari navarro en la rueda de prensa. Estaba enfadado, obviamente acababa de perder una final por la txapela del Manomanista, pero tenía muy claro lo que había ocurrido.
Con 17-10 en el marcador, Xala cambió su forma de sacar y Aimar empezó a ver cómo se le acercaba el de Lekuine hasta que le sobrepasó. Para el de Aspe sí que fue vital ese cambio, pero el de Goizueta tenía claro que era solo una parte del vendaval que se le vino encima. "En la parte final he estado dominado y no podía desarrollar el juego. Ha cambiado el saque, pero realmente no me ha hecho mucho daño con él, simplemente es que le salía todo perfecto".
El navarro definió el partido como "muy bonito" y lo dividió en tres partes. "Al principio estaba nivelado, luego he cogido yo una ventaja bastante bonita gracias a que he podido dominar el juego y a partir del 17-10 he seguido jugando igual pero Xala ha arriesgado mucho y le ha salido todo perfecto".
No quiso entrar a valorar si había influido o no en su preparación toda la polémica previa al partido. "Ahora darle vueltas a eso no vale la pena, no se pueden poner excusas, simplemente Xala ha jugado perfecto".
Tanto ante, durante y después del partido contó con el afecto de los suyos, por eso no notó tanto que el frontón estuvo más a favor de su rival. "Nos han animado a los dos por igual. A mí me han apoyado mucho y solo puedo agradecérselo", afirmó Olaizola.
Para terminar, el delantero de Goizueta volvió a repetir la clave para él. "Xala ha jugado perfecto, ante eso poco he podido hacer".