Yves Sallaberry, Xala, afronta la que será su quinta final como profesional de la pelota. Ha perdido las dos individuales que ha disputado (una del mano a mano -con Irujo- y otra dentro de la jaula -con Aimar-), pero en las dos del Parejas que ha jugado guarda un 100% de efectividad que el próximo domingo espera no perder, aunque el lapurtarra, que tendrá a su paisano Gonzalez como uno de sus rivales, resta dramatismo al asunto. Porque así es su forma de ser.
El domingo se disputa una final en la que por primera vez se verán las caras como rivales dos pelotaris de Iparralde. Un dato histórico.
Sí, creo que habrá muy buen ambiente. Vendrá mucha gente de Iparralde a ver este partido. Preferiría jugar en Iparralde, pero es imposible. En Donostia, que a nosotros nos queda un poco más cerca, tampoco va a poder ser. Tenemos que desplazarnos hasta Vitoria, pero el lunes es festivo y creo que estaremos a gusto y muy bien acompañados por nuestra gente.
El Ogueta no alberga partidos de campeonato desde 2008. ¿Qué le parece el escenario de la final?
Aquí siempre hay que andar con cuidado porque parece que es un frontón con mucha altura, pero no es tanta como en otros frontones. Hay que coger bien las medidas y eso es lo que hemos intentado en los dos días que hemos tenido de entrenamiento para preparar el partido, pero el domingo ya veremos si metemos la pelota ahí dentro (se refiere al frontis).
Se le nota un tanto desconfiado.
No, pero el Ogueta es un frontón duro. Además, antes de la final no quiero decir nada. Hay que pensar bien las cosas y no vender la piel del oso antes de cazarlo. Es un frontón bueno para mí, pero también para los demás. Estamos con mucha confianza porque Aitor (Zubieta) y yo hemos hecho partidos muy buenos durante todo el campeonato y el domingo tendremos que hacer otro más. Lo que ocurre es que en las finales resulta más complicado, aunque estamos con mucho juego.
En definitiva, que es un frontón que le va bien, pero que es de los más exigentes que hay.
En Vitoria la pelota anda mucho y es muy difícil defender. El que pone el ritmo puede hacer más daño porque es un frontón para hacer juego rápido. A mí es un frontón que, personalmente, me gusta. Estando bien creo que es un buen frontón. Aquí he hecho partidos bastante buenos, pero es un frontón muy bueno cuando estás bien y con juego. Te permite entrar al remate, aunque es más peligroso para los zagueros. Pero habrá que esperar a ver qué ocurre el domingo, a ver cómo salimos. Lo único que espero es dar un buen espectáculo.
En lo personal, afronta su tercera final del Parejas. ¿Qué recuerdos guarda de las dos anteriores? ¿Cómo ve la que va a disputar el próximo domingo?
Ufff... ya casi no me acuerdo. Jugamos tantos partidos al año que ya no recuerdo muy bien aquellas finales. Me acuerdo que las finales que jugué con Oskar (Lasa) y Peio (Martínez de Eulate) fueron días especiales. Todavía nos queda más o menos una semana y la espera se hace larga, pero de las dos anteriores finales recuerdo que fueron dos grandes días y que salimos a darlo todo para ganar.
Busca el 100%, ya que ha ganado las dos finales del Parejas que ha disputado.
Me gustaría mucho, pero hay cuatro finalistas y sólo dos se llevarán las txapelas. El año es muy largo y hay otras oportunidades, pero de este tema ya hablaré después de la final.
Lo peor para los pelotaris, sin duda, es mantener la concentración con todas las distracciones que rodean una final, como atender a las numerosas peticiones de la prensa.
Sí, pero poco a poco estamos acostumbrados. A mí no me gusta mucho, pero al final tenemos que hacer nuestro papel. Después de la elección tendremos tres o cuatro días para estar tranquilos y sin hablar con nadie... bueno, igual un poco con mi mujer (risas).
¿Cómo se evade de las distracciones?
Estos días estamos entrenando un poco por la mañana y otro poco por la tarde, después vamos al masajista y al final los días pasan bastante rápido. Igual iré un poco a pescar, una o dos horas, pero estando con los amigos también se está bien. Todavía queda tiempo para concentrarnos.
¿Se puede pescar en estas fechas?
Está abierta la trucha, pero me cuesta ir porque dejas bastantes fuerzas. Si vas tres o cuatro horas te cansas demasiado. Además, las aguas vienen con fuerza y bastante frías y es mejor estar tranquilo en la cama.
Juega contra su amigo y paisano Gonzalez. ¿Se han cruzado algún mensaje telefónico para calentar la final?
Todavía no, pero ya nos calentaremos el día del partido.
Da la impresión de que existe mucho vacile.
Sí, nos gusta. El lunes ya empezamos con Aritz (Laskurain) después del entrenamiento y con Sebas seguro que también habrá tema.
¿Cuenta este pique sano para minar la moral del rival?
Puedes hacer guerra psicológica, pero el día de la final no controlas nada. Si quieres ganar, hay que estar a tope.
Ha jugado dos finales individuales y ha ganado dos txapelas del Parejas. Al margen de los deportivos, ¿qué otros sueños le quedan por cumplir?
Mucho. Todavía no he hecho familia (se refiere a la posibilidad de tener hijos) y espero hacerla algún día porque es algo importante. En cuanto a la pelota, te toca lo que te toca. Todos estamos trabajando a tope para estar ahí arriba y un día le toca ganar a uno y otro día a otro. La vida y la pelota son así: hay que seguir luchando y coger lo que te venga.
Dice que quiere ser padre. ¿Para qué? ¿Para continuar la tradición pelotazale?
No sé si será pelotari. Es más, no sé si tendré hijos algún día, pero considero que la familia es lo más importante.