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El sábado que viene, Santa

La Feria de Santa Lucía

El sábado que viene, SantaArnaitz Rubio

La miseria. Tras el final de la primera carlistada, el mantenimiento de un numeroso ejército de ocupación y el incumplimiento de los acuerdos negociados en Oñati y escenificados en Bergara con el Abrazo, un precedente de los actuales compromisos quebrantados de traspasos de las competencias todavía pendientes, sumieron al País Vasco en la más absoluta ruina, provocando la emigración masiva de los jóvenes hacia Argentina y Uruguay principalmente, motivada por el hambre y la obligatoriedad del servicio militar.

Las Juntas Generales, a partir del año 1840, optaron por incentivar el consumo promoviendo la celebración de ferias de ganado mensuales en numerosas localidades guipuzcoanas, entre ellas Zumarraga, pero en este caso con quince días de diferencia con la que, desde antaño, se celebraba en Villarreal –hoy Urretxu–. Este intento de dinamización del mercado no obtuvo los fines esperados porque, salvo excepciones, decayeron pronto por la ausencia de actividad económica, manteniéndose en muchas localidades como excusa para abandonar el caserío por unas horas y juntarse en la plaza del pueblo, convertida en mentidero local, mientras que la oferta y la demanda se desplazaban, a partir de 1903, a Tolosa, realzando la importancia de la villa.

feria de santa lucía Cuando menos desde el siglo XVI se celebraba una feria de varios días de duración alrededor de la ermita del barrio de Anduaga, con motivo de la celebración de la festividad de Santa Lucía, el 13 de diciembre, en el término municipal de Ezkio-Itsaso, en el corazón de Gipuzkoa.

Hay constancia cierta de su celebración en el año 1726 y del uso diferente al culto a la santa siracusana que, algunos feriantes, daban a la ermita, por lo que el obispo de Pamplona, primero, y las Juntas Generales celebradas en Ordizia, más tarde, optaron por prohibir la celebración de la feria en aquel paraje.

Las autoridades de Villarreal de Urrechua (hoy Urretxu), hábiles en la maniobra, aprovecharon la ocasión para solicitar al Consejo de Castilla autorización para realizarla en su amurallado núcleo urbano, y el 24 de mayo de 1727, Felipe V otorgó la Provisión Real autorizando su celebración, entre los días 8 y 13 de diciembre, sin que fueran atendidas las protestas de los ezkiotarras.

Las limitaciones de espacio e infraestructuras de Villarreal fueron aprovechadas por la vecina Zumarraga, en realidad el actual barrio de Eitza o Izaga, ocupando establos, posadas y figones y, por comodidad, los tratantes ofertaban sus productos en aquel lado del Urola. Protestaron los corporativos urretxuarras, sin éxito, porque era imposible frenar aquella marea. Cuando accedí a mi plaza de veterinario titular de Zumarraga, Urretxu y Ezkio-Itsaso en 1978, la polémica de la feria se mantenía como elemento folklórico, mientras que menguaba la presencia de ganado equino, el protagonista del día, y de público. A partir del año siguiente, ordenamos el ferial, con oficina, corrales para el ganado y distribución de espacios festivos y de oferta en ambas localidades, creamos concursos para animar a los productores locales y foráneos, realzamos el de capones preparando unos expositores dignos e intentamos organizar el tráfico de peatones y rodado. Con el paso del tiempo, políticos inteligentes de ambos municipios ofrecen una única jornada festiva que se complementa exitosamente.

Es recomendable acudir en transporte público y, aunque aseguran que refuerzan los trenes en determinadas horas, puedo asegurar que van a tope y, posiblemente, toque viajar de pie, pero la alternativa, el vehículo privado, es inviable por la imposibilidad física para aparcar.

Moxalak, que no pottokas

En las dos últimas centurias, el ganado estrella de la feria han sido los caballos, especialmente los potros nacidos del año, moxalak, que han permanecido con sus madres en el monte en absoluta libertad y que descienden al caserío obligados por el frío y las primeras nieves del invierno. Su destino será el engorde en granjas especializadas y la carnicería. 

Son caballos de monte, de poca alzada, de complexión fuerte, muy rústicos, acostumbrados a buscarse diariamente la comida en terrenos a menudo inhóspitos, totalmente adaptados a la climatología reinante, emparentados con los de pura raza gallega y los asturcones, hacia el oeste, o el pottok, un caballo de monte genéticamente mejorado y adaptado a la silla, por el este.

Epidemia de gripe

¿Y cómo casa la Feria de Santa Lucía con la epidemia de gripe que estamos padeciendo? Muy malamente, salvo que use mascarilla, porque las aglomeraciones de personas propician la actividad del virus y, de paso, la de los carteristas, que también los hay.

Partiendo de la premisa de que nos hemos vacunado, seamos o no de grupos de riesgo, aprovechando las facilidades que nos ofrece Osakidetza. No desvelaré ningún secreto al afirmar que la vacuna ofrece un alto nivel de protección, pero nunca absoluto. 

Las vacunas contra la gripe se fabrican utilizando una combinación de varios de los virus que circularon el año anterior en la creencia de que serán las cepas dominantes del año siguiente, pero nunca aciertan al 100%. De hecho, el que estamos padeciendo ahora, pertenece a la clase K del virus A(H3N2), que sin ser exactamente el mismo, la vacuna sigue proporcionando protección y, en consecuencia, es una herramienta útil de salud pública.

En este momento, se considera que el riesgo para la población general es moderado, pero irá creciendo y, como ocurre siempre con estas calamidades, es ser más alto para las personas con otras patologías asociadas y bajas defensas. En consecuencia, mascarilla en aglomeraciones y lugares cerrados, lavado frecuente de manos, vacunación, ventilación, paracetamol y sentido común.

Domingo

Patatas en salsa verde con bacalao. Carrilleras en salsa y ensalada de escarola. Manzana asada con higos. Tinto Amaren crianza 2021, de Samaniego (Álava). Agua del Añarbe. Café, petit fours de Gasand.