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Una única salud

"De momento, sin título", por José Manuel Etxaniz

Las amenazas a los veterinarios oficiales persisten y todos los que ejercen o hemos ejercido podemos contar algún episodio

"De momento, sin título", por José Manuel Etxaniz

Hace unos días se cumplió el 30 aniversario del asesinato a tiros, frente a su domicilio, de Karel Van Noppen, veterinario flamenco, inspector del Ministerio de Salud Pública belga, comprometido con la defensa de la integridad veterinaria.

En aquella época, Van Noppen, que había recibido numerosas amenazas, investigaba la aplicación de la hormona del crecimiento en el ganado en Bélgica, práctica prohibida con la que el ganado engordaba más rápidamente a un coste menor, lo cual aumentaba los beneficios del industrial, pero reducía la calidad de vida del animal y la seguridad alimentaria del consumidor.

El funcionario asesinado había localizado la red de distribución y los sicarios pretendían ganar tiempo para eliminar cualquier rastro de las reses tratadas.

La película belga Bullhead (título original Rundskop), que, literalmente significa “cabeza de toro”, está basada en esas prácticas ilegales que desembocaron en el atentado por el que fueron condenados, por un tribunal de Amberes el año 2002, cuatro delincuentes relacionados con la “mafia de las hormonas”. Fue seleccionada para representar a Bélgica en la 84ª edición de los Oscar y nominada en 2012, pero finalmente no le acompañó el éxito.

Gracias a él y a todos los colegas que continuamos su labor, hoy todos comemos carne más sana.

Pero, como ocurre con el resto de los sanitarios, las amenazas a los veterinarios oficiales persisten y todos los que ejercen o hemos ejercido podemos contar algún episodio.

Hace unas semanas, un veterinario oficial italiano fue brutalmente atacado –estrangulado y apuñalado repetidamente– mientras realizaba una inspección en un matadero. Inspectores veterinarios irlandeses fueron agredidos físicamente en repetidas ocasiones por un ganadero, otros colegas noruegos fueron amenazados con un rifle durante inspecciones de bienestar animal, un inspector flamenco fue agredido durante una inspección de animales de compañía abandonados... Sin ir tan lejos, hace un par de meses los veterinarios oficiales salmantinos precisaron del apoyo de la fuerza pública ante el asalto a sus oficinas por los ganaderos, descontentos con la campaña de saneamiento ganadero.

Cañones o mantequilla

La frase se atribuye a William Jennings Bryan (1860-1925), ministro de Asuntos Exteriores de los Estados Unidos. Luego se popularizaría a golpe de titulares en los periódicos de la época al nombrarla como la Ley de cañones o mantequilla, y hoy se ha convertido en un lugar común.

Nuestra ama –que la tierra le sea leve–, que no había estudiado en la prestigiosa London School of Economics and Political Science (LSE), tenía los básicos conocimientos de economía como para saber que si se gasta más de lo previsto en algo, defensa, por ejemplo, habrá que compensarlo recortando el gasto en otras cosas, y la habilidad del político estribará en acertar con esas “otras cosas” y en saber a qué ventajas de las que ahora disfruta será capaz de renunciar esta sociedad cada vez más pija y exigente.

No resulta políticamente correcto posicionarse a favor de incrementar el gasto en defensa y cuando toca hacerlo, se reviste la opinión apelando a los puestos de trabajo en la industria armamentística, tan vinculada por cierto al desarrollo industrial guipuzcoano, desde el siglo XVII, a la investigación puntera que conlleva y, últimamente, escuchaba al consejero a tiempo parcial de Industria del Gobierno Vasco matizar que, lo que pretendía desarrollar en Euskadi, era tecnología de defensa, nunca de ataque. Me pregunto si habrá hecho la mili para saber tanto.

Con datos de 2023, Polonia destina el 3,8% de su PIB a defensa, seguida de Grecia, el 3,2%. Los que menos gastan en escopetas, tanques y aviones son Irlanda (0,2%), Malta (0,6%), Luxemburgo (0,7%) y Austria (0,8%), ¡quién lo iba a decir! En la mitad de la clasificación se encuentran, Portugal, Países Bajos, República Checa, Alemania y España, con el 1,5%. Eso sí, España es la que mejores raciones de combate prepara para sus soldados, la envidia del resto de los ejércitos europeos. Sólo falta que Pradales aporte unos pintxos para dar el puntazo.

Sarna

La noticia se produjo en la Valencia de Mazón Dimisión. Un contingente de militares que colaboran en las tareas de recuperación padecía sarna. También se han dado varios episodios en nuestras latitudes o, como diría un clásico donostiarra de pro, “en un San Sebastián”, poniendo cierto énfasis.

Se trata de una enfermedad cutánea y muy contagiosa que puede afectar a cualquier persona con independencia de su edad o sexo, civil o militar, con o sin graduación. Está causada por un ácaro que mide 300 micras, aproximadamente, o sea, invisible sin medios especiales, aunque, si se levanta la piel con una aguja u hoja de bisturí, se pueden apreciar al microscopio, los surcos lineales que contienen el ácaro y sus huevos y que provocan un intenso picor, especialmente por la noche.

Se transmite por contacto prolongado de piel con piel, entre 15 o 20 minutos, o por contacto indirecto, compartiendo las sábanas “cama caliente”, toallas, fundas de sofá, cojines, mantas. Es casi imposible que se contagie por un apretón de manos, un beso o un abrazo.

Las áreas más afectadas, donde provoca erupciones, son las manos, cara interior de las muñecas y codos, axilas y genitales externos. Al rascarse, se pueden producir heridas que luego se infectarán, complicando el cuadro.

Es una enfermedad benigna que responde muy bien al tratamiento prescrito por un facultativo y detectarla a tiempo evita contagios a otras personas con las que se convive o comparte espacios, y la extensión de la infestación a otras partes del cuerpo.

Es importante cumplir y finalizar el tratamiento prescrito. Comentarlo con las personas con las que se relaciona habitualmente para que adopten medidas.

Hoy domingo

Alcachofas con jamón. Anchoas al ajillo y rebozadas. Naranja. Tinto Faustino V, reserva 2018. Agua del Añarbe. Café y petit fours.