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Una única salud

Turismo en Azkoitia

Turismo en Azkoitian.g.

Quizás nunca habría pensado en Azkoitia como destino turístico, pero es una excursión que, combinada con una visita a la réplica de las cuevas de Ekain de Zestoa –la cueva original está enfrente, pero es término municipal de Deba–, al Museo del Ferrocarril de Azpeitia o al Santuario de Loyola, ofrecen la posibilidad de pasar una jornada diferente, para personas cultas, respetuosas con el medio y que gustan de viajar en transporte público de calidad, Lurraldebus, hasta la parada azkoitiarra de Julio Urkijo, 7.

Descargue el mapa turístico elaborado por Iraurgi Berritzen, consulte la web del patrimonio de Azkoitia y láncese a la aventura. Como Azkoitia no es París, todo lo que merece la pena conocer y que le asombrará, estoy seguro, está en un par de calles.

Chimenea

Cuando baje del bus, a la par que la gasolinera, verá, a modo de monumento, la chimenea roja de ladrillo de la antigua fábrica de boinas Jausoro, construida sobre lo que fue la ferrería mayor de Jausoro e inaugurada en 1846. Fue la base de la industria textil de la localidad y, en su momento, compitió con la Encartada (1892-1992) de Balmaseda, hoy museo, y la de Elosegui de Tolosa, de 1858 y todavía en activo.

Cruce el río Urola que, desde su nacedero en Aizkorri y amansado en Barrendiola –Legazpi–, hace de linde entre Urretxu y Zumarraga, atraviesa el valle de Iraurgi y desemboca en la mar, en Zumaia.

Frontones de oteiza

Un suave paseo ascendente nos lleva al conjunto monumental ideado por el genial oriotarra, y diseñado por el arquitecto Carlos Ceballos y el escultor Antton Mendizabal. Siete frontones, uno por cada territorio histórico de Euskal Herria, apropiado para cada una de las modalidades del juego de la pelota y cuatro pelotaris de acero disputando un partido. Estoy seguro de que el escultor aplaudiría satisfecho a los chavales paquistaníes que en el momento de nuestra visita jugaban al críquet o a las ocho adolescentes, una de ellas negra, que disputaban un barrene a mano, porque captaron su mensaje de universalidad.

Batarrabi

Es otra obra de Jorge Oteiza dedicada a Azkoitia, pueblo de sus ancestros maternos –y de los míos– en el 675 aniversario de su fundación, punto de encuentro local, frente a la mencionada Torre Balda, reconstruida en el siglo XV.

Descendamos en dirección a la plaza, donde se encuentran el palacio de Leturiondo y la Casa Consistorial, del siglo XVIII. En sus arcos, Kontzejupe, se iniciaron y luego sentaron cátedra, José Joaquín Larrañaga, Txikito de Azkoitia, José María Urzelai, Txorrotx, los Atano Mariano y Luciano Juaristi y tantos otros menos conocidos.

Macarrones

Son unas deliciosas pastas de almendras que elaboran en la pastelería Presalde, frente a la Casa Consistorial, hoy atendida por la tercera generación y que, a pesar de su precio, a euro la unidad, deben probar todos los visitantes. Eso sí, preferible anunciar telefónicamente nuestra visita. Cabe la posibilidad de que se hayan acabado a media mañana. El lector comprenderá el dicho popular “De abuelo obrero, hijo ingeniero y nieto majadero”. Pues eso.

Parroquia

De Santa María la Real. Se la encontrará al reanudar el paseo. De estilo gótico vasco, alberga retablos de interés, que sólo podrá apreciar, junto con el interior del templo, si coincide con una función religiosa porque carece de dispositivo de iluminación con monedas. Es lo que hay. Parece que, curiosos o turistas, no son bien recibidos. Tiene un extraordinario órgano romántico-sinfónico, último de la factoría parisina de Cavallé-Coll, de 1898.

Continúe por la calle Mayor, observe la negra Torre de Idiáquez, escenario de la boda del pretendiente don Carlos V con la princesa de Beira en 1838. Refrésquese en la Fuente de las Barricas, neoclásica del año 1831, uno de los símbolos de la localidad, y siga por la coqueta Alameda.

Tómese un txakoli y un pintxo en la terraza del Ttakun y/o en las otras alternativas que se le ofrecen, mientras contempla Txurruka Etxea, el Palacio de Alcíbar y la Torre de Zubieta, a la sombra del palacio de Floreaga, pasando junto a la Casa Rekalde, reformada en el siglo XVII, donde naciera Xabier Arzalluz, preclaro hijo de la villa.

Almuerzo

En Iturri, Mari Carmen le ofrecerá un menú del día con varias opciones, ajustado en precio y calidad. Coincidirá con directivos y pequeños empresarios del pueblo, cuya familia ya se encuentra en el piso que tienen en el Antiguo donostiarra y comparten mantel para mitigar su soledad, o el Joseba, en el majestuoso marco del Palacio Floreaga del siglo XVI, con otro nivel, estilo y precios, más propio para comer con clientes o invitados. En ambos es recomendable reservar.

Palacio Insausti

Cuna de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, a la que me honro en pertenecer, tiempo ha, como Amigo de Número. Entidad nacida el 24 de diciembre de 1764, sin subvención real alguna, para conseguir una mayor unión entre los vascos e impulsar la regeneración de la sociedad a partir de la educación de los jóvenes en las ciencias y las humanidades. Y en eso seguimos, adaptados al siglo actual.

Luego surgirían imitaciones subvencionadas. Intenten gestionar una visita a sus instalaciones en la segunda planta. Alberga también la sede la agencia de desarrollo comarcal Iraurgi Berritzen, feliz iniciativa de los ayuntamientos del valle.

Biblioteca Aizkibel

Es la biblioteca municipal. La última intervención arquitectónica desarrollada en este edificio por el arquitecto Juan Beldarrain fue merecedora del premio Nacional a la Cultura Arquitectónica y Urbanística Sostenible en el 2007 y, según la revista alemana AD, especializada en arquitectura, en 2016, es la décima biblioteca más bonita del mundo. Su principal atractivo radica en que se encuentra ubicada en lo que fue la estación del Urola, “Gure trena”.

Domingo

Patatas en salsa verde con cabeza de bacalao de Uranzu. Confit de pato de Zubia. Ensalada de lechuga. Fresas y cerezas. Cava brut rosé Maset. Agua del Añarbe. Café y macarrones de Presalde.