CAPITAL FORAL

Hasta el restablecimiento foral en 1844, la sede del corregidor, el tribunal y su mínimo aparato administrativo, rotaba cada seis meses entre Azkoitia, Azpeitia, San Sebastián y Tolosa. Recuperados los fueros, los caciques -jauntxos- maniobraron cerca del gobierno conservador de Madrid, hasta conseguir que fuera Tolosa, la capital estable de Gipuzkoa. En 1854, con la llegada al poder de los progresistas, se dispuso el traslado de la capitalidad, a la liberal Donostia.

CAPITAL CÁRNICA

Sus habitantes no han olvidado lo que, para ellos, supuso una afrenta y desde entonces, recuerdan al foráneo lo que fueron aquella «década prodigiosa» y se afanan en ostentar alguna referencia. Por méritos propios han accedido a la de la carne de Euskadi, organizando el evento «Haragi 2023. Encuentro internacional de la Carne y de la Brasa»

Tolosa es mucho más que sus Carnavales. Sus habitantes se caracterizan, entre otras virtudes, por la diversidad y genialidad de sus iniciativas durante todo el año, -festival de coros, teatro de marionetas, jornadas medioambientales, gastronómicas, museo de la confitería- y el amor a su pueblo. Aunque luego tengan casa en Zarautz, Donostia u Hondarribia.

También son asaz carnívoros, lo cual es sano, pero sin pasarse. Hace unas semanas, en las instalaciones del Tinglado, celebraban el «I Concurso de Hamburguesas de Autor de los tres territorios», con dos categorías: tradicional e innovadora, con la participación de medio centenar de artesanos. Tras el veredicto del jurado, que valoró la presentación en fresco y cocinada, textura, sabor, aroma y regusto final, el festejo continuó con una degustación popular y gratuita, por lo que la afluencia de público estuvo garantizada, especialmente jubilados: A lo que es gratis, cueste lo que cueste. Y al día siguiente todos al ambulatorio, que también es de balde.

Los premios se fueron a Bizkaia. En la categoría tradicional a «Gabiria Harategia» de Getxo y en producto innovador a Barakaldo «Ricardo Harategia». Los organizadores del certamen fueron las asociaciones de carniceros y charcuteros de Euskadi, algunas empresas relacionadas con el sector, el apoyo de las instituciones vascas y una entidad pública nueva, Eliker, «orientada a mejorar la competitividad de las empresas del sector, desarrollar proyectos sostenibles y responder a los retos presentes y futuros, que busca estimular, planificar, coordinar, unificar e implementar todo el ecosistema  para la puesta en marcha de acciones y estrategias conjuntas, convirtiendo Tolosa en la capital de la gastronomía, punto estratégico y de referencia en el ámbito de la alimentación». Casi nada. El uso concatenado de todos estos infinitivos y el palabrerío hueco que los acompaña, nos pone en la pista de un nuevo chiringuito administrativo.

También dedican otra jornada a la «Txuleta Festa», a base de un menú con la chuleta al «estilo Tolosa» como plato principal -asado por los hermanos Gorrotxategi, de Casa Julián-, y acompañada por productos locales de gran calidad: chistorra de buey, puerros a la parrilla, pimientos de piquillo asados, queso, tejas y cigarrillos y pastel vasco.

Teniendo en cuenta la presencia de nuestras instituciones entre los patrocinadores del evento, para las próximas ediciones, las bases de los concursos podían exigir que la carne de vacuno procediera de ganaderías de la comarca, guipuzcoanas o vascas e incluso, rizando el rizo, se estableciera un apartado especial para promocionar nuestras razas autóctonas.

Podría contemplarse también, la celebración de otros concursos con carne de potro, de cordero u oveja y la prohibición expresa, de que la materia prima fuera de origen vegetal o cultivada en un laboratorio o que las hamburguesas fueran fabricadas en una impresora 3D.

DESAFECCIÓN

Se lamentaba el alcalde donostiarra por haber espantado a dos mil de sus votantes potenciales. Es cierto. Comunicación y oportunidad. Durante el odonato, se asfaltaban las calles principales en fechas previas a las elecciones; este equipo, lo va a hacer después. Locura.

Le ha pasado factura, el socavón señalizado, de San Martín 64, que hipoteca un carril, relacionado quizás, con las obras del Topo bajo el centro donostiarra, que le vinieron impuestas por su socio de gobierno que, incomprensiblemente, mejora resultados gracias al apoyo mediático inducido. La desatinada política de vivienda para jóvenes, rematada con la cesión de un espacio privilegiado a una entidad privada, difícilmente justificable para la ciudadanía y rematadamente mal explicada. La ordenación del tráfico urbano. Ya se nos ha olvidado la ordenación del tráfico del concejal socialista Patxi Beloki y las protestas que originó. El concejal fue fulminado. El plan se mantuvo y ahora lo añoramos.

La gestión del personal municipal, un importante nicho de votantes. La del turismo y los alojamientos turísticos, la proliferación de terrazas y sus afecciones a la ciudadanía, el hastío y la falta de motivación de votantes fieles defraudados y unos efectos colaterales, ajenos a la política municipal como el ticketbai, los problemas de Osakidetza o las guerrillas que iban organizando sindicatos y asociaciones ciudadanas varias, sospechosamente agrupadas bajo un mismo paraguas estratégico, han contribuido al despecho.

La ciudadanía desconoce el reparto de competencias entre los socios de gobierno y centra en la persona del alcalde, éxitos y fracasos, aunque, en realidad, tanto unos como otros, sean acuerdos consensuados del gobierno municipal. Otra cosa es que luego, cada uno de los socios trate de obtener los réditos para sus siglas.

Comunicación, que no propaganda. Pronto se repondrá el ánimo. Hasta la próxima. Lo decía Einstein, “Locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes”.

HOY DOMINGO

Menestra de verduras; redondo en salsa; Fresas de Álava. Café. Petits fours. Tinto de crianza de Solagüen.