n nuestro calendario suele haber fechas emblemáticas y una de ellas es el Día Internacional de las Personas Mayores. Bien sabemos que envejecer es ley de vida. La vejez es un fenómeno físico. La madurez, en cambio, es una cuestión psicológica. La vejez acontece. La madurez, por el contrario, se busca. Lo que de verdad nos mantiene jóvenes es la sana utopía de pensar que el mundo puede cambiar y que podemos aportarle lo mejor de nosotros mismos.

Eso es lo que desde las asociaciones de jubilados decimos: morir renovándonos. Es lo que necesitamos. Actualizarnos. Innovarnos. Pero, eso sí, necesitamos que las autoridades políticas nos escuchen y nos ayuden. La cogobernanza también va por aquí. Al final de nuestros días, sean muchos o pocos los que hayamos vivido, lo que importa es la calidad, no la cantidad; lo que interesa no es si la obra teatral ha durado mucho, sino si la hemos representado bien. Hay vidas largas, estériles, y vidas muy breves, fecundas. Todo depende del cómo hemos vivido y no del cuánto hemos vivido. Los mayores ante el "ocupa-virus" seguiremos sigilosos, vigilantes y cuidándonos.

Ante esta fecha señalada, queremos subrayar estas siete reivindicaciones:

1. Ante el 1 de octubre que celebramos el Día Internacional de las Personas Mayores, queremos hacer una defensa de la dignidad de los mayores. Es una fecha emblemática desde hace 30 años.

2. Simplemente pedimos y reivindicamos los derechos humanos para que nuestra salud, nuestras pensiones y nuestra actividad en el envejecimiento activo sean cuidados, reconocidos y protegidos.

3. Entendemos que nuestra contribución a lo largo de nuestra vida ha sido importante y positivo, mejorando nuestro entorno y nuestra familia. Sin lugar a dudas los desafíos que tenemos son claves: pensiones dignas y públicas, blindaje de las mismas con el IPC, derecho a una vivienda digna, reducción de las desigualdades, erradicar la soledad e ir potenciando nuestros centros sociales de jubilados, creando entornos amigables, tal como se indica en los objetivos de una Euskadi Lagunkoia.

4. Es importante que los mayores nos sintamos parte de la sociedad guipuzcoana, siendo apreciados y reconocidos. Desgraciadamente la pandemia nos ha castigado, siendo el colectivo más vulnerable, pero esta crisis nos debe poner en valor y no sentirnos discriminados. Por eso, desde los centros sociales, ahora cerrados, reivindicamos la igualdad de derechos para todos, insistimos en las necesidades de planes contra el maltrato y la soledad no deseada como reclamamos pensiones más dignas y más recursos para nuestras asociaciones locales de jubilados.

5. Necesitamos que nuestros centros sean lugares de más encuentro y convivencia, de más formación integral, de más salud y bienestar, así como formación tecnológica para facilitar el acceso a las tecnologías de la información y comunicación.

6. La dichosa pandemia ha dejado bien claro que todos podemos ser frágiles -las personas, el sistema sanitario, las residencias- pero también somos positivos, valiosos e interdependientes. Pedimos apoyo solidario a las autoridades e instituciones políticas para hacer una sociedad más inclusiva con el protagonismo y la participación de todas y todos, y con las ayudas económicas pertinentes.

7. Terminamos con el deseo de que nuestras puertas asociativas se reabran, participemos en la cogobernanza, que no perdamos nuestra identidad y no decidan por nosotros, y mantengamos las personas mayores nuestra voz para que se oiga y, sobre todo, se nos escuche.

Presidente deAGIJUPENS (Asociación Guipuzcoana de Jubilados y Pensionistas)