Está claro que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca está teniendo ya sus consecuencias en algunos aspectos y nos está avanzando por donde va a discurrir su política exterior y económica en los próximos años. Y eso que solo lleva seis días como presidente de Estados Unidos.
Y en este nuevo orden mundial que se quiere imponer desde Washington con una revisión del multilateralismo y la conformación de dos grandes bloques liderados por Estados Unidos y China, en donde Europa, si no lo remedia, aparece como convidada de piedra, y una política económica diseñada desde premisas nacionalistas protectoras, Euskadi debe resituarse y encontrar su lugar estratégico.
Parece que el lehendakari Imanol Pradales quiere impulsar la política exterior de Euskadi, prácticamente inexistente en el período que Urkullu estuvo en Ajuria Enea, para no solo tener presencia en el mundo, sino contar con voz propia y capacidad de influencia en los foros internacionales bien de manera individual o formando parte de alianzas estratégicas.
Es el momento de abandonar los discursos y pasar a la acción porque este país tiene herramientas y profesionales en los sectores económicos, científicos y tecnológicos y culturales para revertir una situación de cierta autocomplacencia y confort, que se ha podido dar en el pasado, y recuperar el espíritu de aquellos marinos vascos que fueron capaces de dar la vuelta al mundo y descubrir nuevas tierras. Se trata de recuperar el espíritu de auzolan que nos caracteriza, es decir, poner en marcha una estrategia compartida desde los ámbitos políticos, económicos, científicos y tecnológicos y culturales unidos en torno a una misión: Resituar a Euskadi en el mundo.
Y en este sentido, es necesario centrar los esfuerzos en la atracción de inversiones estratégicas, tanto tecnológicas como científicas, que se unan al ecosistema ya existente con una industria avanzada y una red de centros de investigación aplicada con el fin de mantener la apuesta por actividades de futuro. Al mismo tiempo, es necesario insistir en la necesidad de arbitrar las medidas necesarias para garantizar los centros de decisión de nuestras empresas en Euskadi y evitar la deslocalización de compañías que han perdido su arraigo en este país por la entrada de fondos de capital riesgo o inversores extranjeros con intereses en sus países de origen.
La inversión extranjera en Euskadi debe ser un objetivo prioritario si tenemos en cuenta que, hasta el pasado mes de septiembre, según datos del ministerio de Economía, se produjo un descenso del 89% con apenas 169,9 millones de euros, lo que supone el mayor retroceso en el conjunto de las comunidades autónomas y pasar de la cuarta posición a la décima. Estos datos suponen el peor registro de la última década y preconizan una tendencia preocupante. Hay que hacer la salvedad que en este indicador no se contabilizan las inversiones de Mercedes Benz en Vitoria, ya que la firma está domiciliada en Madrid. Estados Unidos lidera el ránking de países inversores con 90 millones de euros, por delante de Alemania y Países Bajos. La informática, la metalurgia y la energía son los sectores donde se concentran la mayoría de las inversiones.
En este campo, la diplomacia empresarial se presenta como una herramienta imprescindible para reforzar la posición de nuestras empresas en el exterior con el fin de dar solución a los factores de riesgo que representan los grandes cambios geopolíticos que se están produciendo en el mundo cada vez con mayor frecuencia y que afectan a la competitividad de nuestras empresas en aquellos mercados donde operan.
Se trata de incorporar la mentalidad diplomática en la propia estructura empresarial, con el fin de prevenir la estrategia operativa de las compañías frente las decisiones de los poderes públicos y privados en los países donde están presentes. Otros países, como es el caso de Portugal, cuenta con una red de personalidades con prestigio y buenas relaciones en los lugares donde residen que actúan a modo de “embajadores” a la hora de dar a conocer el país, sus valores y su cultura favoreciendo y apoyando los intereses de las empresas que están presentes en estos territorios o quieren abordar sus mercados.
El lanzamiento de la marca Basque Country en el mundo debe contar también en una actuación conjunta con las delegaciones del Gobierno Vasco y la red de oficinas de la Agencia de Internacionalización-Basque Trade & Investment, una sociedad pública vinculada a la SPRI, para lo que es necesario contar en esas representaciones con personal senior y no junior por razones de confianza, reputación e imagen.
La atracción de talento cualificado es esencial para potenciar la competitividad y la innovación de nuestras empresas dentro de la puesta en marcha de acciones que hagan posible su mantenimiento y el establecimiento de esos profesionales durante largo tiempo.
Sorprende que nadie en este país haya reparado en la importancia estratégica que tiene la Red Latinoamericana de Másteres y Doctorados de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU), que en sus 28 años de existencia ha acogido a más de 2.000 alumnos en las 17 universidades y centros universitarios con los que colabora de 12 países de Sudamérica. Desde República Dominicana hasta Chile, pasando por México, Brasil, Colombia, Perú, Puerto Rico, Bolivia o Ecuador. Una iniciativa que, adelantándose al futuro y siendo consecuentes con el lema de la UPV/EHU, Eman ta zabal zazu, ha estado haciendo país desde la transmisión del conocimiento y de la cultura en toda Latinoamérica y que, tras la falta de impulso que ha tenido en la época de la exrectora Eva Ferreira, se espera que, con el, recientemente elegido, nuevo rector Joserra Bengoetxea, recupere la gran actividad e influencia que tuvo.
De las clases impartidas por 200 catedráticos y profesores de la UPV/EHU desplazados “in situ” a esas universidades para desarrollar los másteres y los cursos de doctorado han salido personalidades que han tenido y tienen una gran influencia en los gobiernos de sus respectivos países, en el mundo de la judicatura, la docencia, la economía y en el entorno intelectual y artístico. De esas aulas han salido cinco ministros, un gobernador regional, seis directores ministeriales, once altos miembros de la magistratura, dos dirigentes de instituciones financieras, dos rectores de universidad, dieciséis catedráticos de universidad, cinco intelectuales y artistas, etc.
Pocos conocen que al socaire de esta importante y continuada presencia de la UPV/EHU en Sudamérica, los dirigentes políticos y empresariales del departamento de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia ,-que, a pesar de no ser la capital, es la ciudad más importante del país en términos económicos y financieros-, pudieron conocer de primera mano el régimen autonómico en el que se integra Euskadi y plantear un proceso de descentralización en todo el país que afectó también a los ocho restantes departamentos en los que se divide administrativamente. En mayo de 2008, los ciudadanos de Santa Cruz aprobaron en referéndum el estatuto de autonomía para el departamento en una decisión que fue replicada en el resto del país, lo que obligó a la modificación de la Constitución en el año 2009, que, desde premisas novedosas y avanzadas, define a Bolivia como un Estado plurinacional que reconoce la diversidad étnica y cultural de sus regiones
De la misma forma, miembros de la universidad pública vasca han participado junto con la Cámara de Industria, Comercio y Servicios de Cochabamba y la Universidad Católica Boliviana, en la puesta en marcha de un parque científico y tecnológico en esta ciudad, que es la tercera más importante de Bolivia.
Todo este gran activo de influencia política, económica y social a través de la academia y del conocimiento en una región como la latinoamericana, -con la que mantenemos grandes lazos históricos y que va a adquirir un mayor protagonismo en la era Trump en su disputa con China para aminorar su presencia en la zona-, está a disposición del Gobierno Vasco en la estrategia que quiere poner en marcha a la hora de impulsar con nuevos bríos la presencia de Euskadi en el mundo. Ello supone que Euskadi, no tiene que mirar a otro lado, ya que cuenta con los instrumentos necesarios para abordar con solvencia este reto estratégico que se plantea como país.