Los buenos resultados dados a conocer hace unos días por la compañía ferroviaria guipuzcoana CAF, –que en los nueve primeros meses de este año ha ganado 53 millones de euros, un millón más que en todo 2022, lo que significa un aumento del 53%, con un aumento de sus ventas del 25 hasta alcanzar una cartera de pedidos de 13.000 millones–, en medio de un sector en plena convulsión con la falta de liquidez o anuncios de adquisiciones por parte de sus competidores más directos, son la mejor expresión de eso que se ha venido en llamar el “estilo guipuzcoano”.

Un empresario guipuzcoano define de una manera muy gráfica ese particular saber hacer guipuzcoano: “Nosotros a lo nuestro, que es trabajar y hacer, y los demás que se dediquen a hablar”. Esta forma de entender la actividad empresarial ha podido tener en el pasado algún efecto negativo, sobre todo a la hora de “vendernos”, es decir, de darnos a conocer al exterior y colocar nuestros productos en los mercados, pero la globalización y el aumento de la competencia ha provocado un cambio de paradigma y ahora, son muy pocas las compañías que no estén internacionalizadas y que una gran parte de sus ventas procedan del exterior.

El estilo guipuzcoano

El caso de CAF es un gran referente en este sentido, tal y como lo confirman las 15.000 personas a las que da empleo en todo el mundo, más las 4.500 que trabajan tanto en la matriz como en las distintas filiales que tienen su sede en Euskadi, que cada día nos sorprende con la firma de nuevos pedidos en el exterior en países muy complejos y exigentes, sobre todo en Europa, donde la competencia en el sector ferroviario es muy importante.

El último pedido ha sido el que ha realizado el operador británico London North Eastern Railway (LNER) y consiste en el suministro de diez trenes trimodo, es decir, que pueden funcionar en modo eléctrico, diésel o con baterías, lo que da una idea del alto nivel tecnológico que cuenta CAF y que se refleja en la adjudicación de este tipo de contratos por un importe de 500 millones de euros.

Con esta adjudicación, CAF supera ya los 3.000 millones de euros en contratos en contratos realizados con distintos operadores del Reino Unido, lo que reafirma su apuesta por el mercado británico que presenta un gran dinamismo. El hecho de contar con una planta en la ciudad de Newport, en el sur de Gales, donde se ensamblarán estos trenes, proporciona a CAF una ventaja competitiva muy importante sobre sus competidores, sobre todo, después del Brexit.

Y mientras CAF ofrece buenos resultados y se adjudica nuevos pedidos, su competidor más directo, el gigante Alstom está teniendo problemas para digerir la fusión con la canadiense Bombardier realizada hace tres años, hasta el punto de reconocer grandes problemas de liquidez al presentar un negativo flujo libre de caja de 1.119 millones de euros.

Para resolver esta delicada situación en el balance de Alstom, la compañía ha anunciado el despido de 1.500 trabajadores y la venta de activos para asegurarse la entrada en efectivo de 1.000 millones de euros durante el próximo año, con el fin de mantener su ritmo de inversiones, a lo que hay que añadir la posibilidad de una ampliación de capital con derecho preferente para sus accionistas.

Los movimientos que se están produciendo en el sector ferroviario también tienen su reflejo en el Estado español, con el anuncio de la oferta pública de adquisición (OPA) que la empresa húngara Magyar Vagon ha lanzado sobre la totalidad de las acciones de Talgo. La compañía ferroviaria, que tiene una planta en la localidad alavesa de Rivabellosa, era desde hace mucho tiempo candidata de recibir una opa por el interés del fondo de inversión Trilantic Capital, que posee el 40% del capital, de salir del accionariado.

A pesar de que siempre han existido rumores sobre la posibilidad de que CAF pudiera hacerse con Talgo, sin embargo, la compañía ferroviaria guipuzcoana nunca ha estado interesada en realizar tal operación, porque su adquisición no le aporta ningún valor añadido, ni presenta ningún elemento de complementariedad, ya que en su portafolio de productos recoge todos los modos de movilidad que van desde el tranvía hasta la alta velocidad, pasando por los autobuses en todas sus tecnologías.

Otra cosa es que al ser la industria del transporte un sector estratégico, el Gobierno español debe dar luz verde a la operación, al tratarse de una inversión por parte de un país de la UE, como es el caso de Hungría, por encima del 10% del capital en una empresa cotizada. En este sentido, el Gobierno de Sánchez deberá buscar una solución empresarial que, en principio y sobre el papel, pasaría por CAF y la suiza Stadler. que cuenta con plantas en el Estado. De momento, todo está en el aire.

Lo que sí está claro es que CAF ha manifestado su intención de adquirir los activos de señalización ferroviaria de la japonesa Hitachi en Francia, Alemania y Reino Unido, a la que está obligada a vender tras la compra de la francesa Thales. Una operación que es de gran valor estratégico para CAF porque reforzaría su posición en un nicho de negocio en el que está asentada y en el que da empleo a 300 personas en los dos centros que tienen en Euskadi.

Por otra parte, en ese estilo de saber hacer guipuzcoano, hay que reconocer el premio que la Universidad de Barcelona, a través del Observatorio de los Sistemas Europeos de Previsión Social Complementaria, ha concedido al Gobierno Vasco por su “apuesta por las EPSV como instrumento de éxito para el desarrollo de la previsión social complementaria”, uno de cuyos mejores exponentes es la EPSV de empleo Geroa Pentsioak, cuyo ámbito de actuación ha quedado circunscrito a Gipuzkoa.

Parece un sarcasmo que cuando por la indolencia e inacción de todos los actores concernidos en el desarrollo de Geroa Pentsioak, su implantación no ha sido posible en los otros dos territorios de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV), desde el exterior se reconozca este modelo que fue pionero en el Estado, hasta el punto que el propio Gobierno español lo ha replicado y lo está poniendo ya en marcha con la adhesión, de momento, de cinco sectores económicos.

No parece congruente que la concesión de este premio coincida en un momento en el que, desde la asociación que aglutina a todas las EPSV de Euskadi, se reconoce que el modelo tiene “un cierto agotamiento y adolece de determinadas carencias para lo que precisaría de un nuevo impulso”, y cuando desde los actores institucionales y políticos de este país se ha producido una ausencia de liderazgo para fomentar e incentivar su desarrollo.

El proyecto de decreto que está preparando el Gobierno Vasco, que tiene como reto que el 70% de los trabajadores vascos estén cubiertos por una EPSV de empleo y se establezca el cobro de pensiones en forma de renta, no parece que pueda recuperar los años perdidos en el desarrollo e impulso del sistema de pensiones complementario en el conjunto del país, que es vital y necesario para garantizar el estado de bienestar y procurar una sociedad más cohesionada.