a legazpiarra Maialen Mendinueta relataba este domingo en este periódico su experiencia con la patología mental, "una carga que arrastro desde los 17 años", decía sacudiéndose el estigma. No se habla con naturalidad sobre los problemas de salud mental, a pesar de que son tan solo una circunstancia más en la vida con la que es posible convivir. Con la atención y el apoyo adecuados, muchos adolescentes que experimentan una gran angustia agudizada por la pandemia podrían recuperarse y alcanzar todo su potencial. La mitad de estos problemas de salud comienzan antes de los catorce años, y cada vez se están detectando trastornos en edades más tempranas. Sin embargo, la falta de respuesta a esta realidad sigue provocando un aumento de los niveles de depresión, ansiedad, soledad y autolesiones. "Se está produciendo una crisis mundial, y para algunos niños y niñas sus efectos pueden ser catastróficos", alerta estos días la organización Save the Children. Ocurre todo ello en un momento de confusión, hiperactividad, cansancio e hiperinformación. Roger Bartra, uno de los grandes pensadores de habla hispana, dice que somos "seres esencialmente artificiales". Quizá por ello, por ir en contra de nuestra naturaleza, gana terreno la enfermedad.