as pesetas dejaron de estar en circulación el 28 de febrero de 2002, hace ya 19 años, así que los más jóvenes probablemente no saben de qué les estamos hablando. El otro día le conté a una persona una anécdota de cuando era niño y un vendedor ambulante me vio con un billete de 2.000 pesetas en la mano y, calculando a ojo, cuando le pedí una sandía, me endosó un monstruo de trece kilos, que más o menos eran más de los años que yo tenía. Un duro me devolvió. Cuando llegué a la casa familiar a duras penas y con la sandía a cuestas, mis abuelos, tíos y padres comenzaron a reír, por no llorar. Habían mandado al niño al camión del vendedor ambulante a comprar su fruta favorita y este había hecho un trato redondo, nunca mejor dicho. Mientras le contaba la anécdota al susodicho, ante su inexpresivo rostro, dudé. ¿Sabrá de qué le estoy hablando? Así que me callé, cosa rara en mí. Ayer, ya lo sabrán a estas alturas, era el último día para cambiar pesetas por euros en el Banco de España. Según los datos oficiales, quedaban todavía en circulación 1.586 millones de euros en pesetas, es decir, casi 265.000 millones de las antiguas pesetas. Teniendo en cuenta que yo solo me he guardado unas 1.000 pelas (6 euritos) de recuerdo, no quiero ni pensar qué andan el resto. ¿Haciendo cola ayer?