a brutalidad con la que nos ha golpeado la pandemia ha dejado en segundo plano asuntos y debates que acaparaban la atención política y mediática hasta que el virus irrumpió en nuestras vidas a mediados de marzo. Desde entonces, lo prioritario ha sido, y sigue siendo, navegar en las aguas agitadas por el covid sufriendo el menor de los daños posibles. Pero la vida no se detiene y pese a que todavía no hay tierra a la vista se van abriendo paso cuestiones anteriores a este inédito escenario de mascarillas y distancia física. Mañana, regresan a Gipuzkoa reivindicaciones que parecían olvidadas. Jubilados y pensionistas retoman su movilización en la calle para recordar que, en este escenario de caída de la economía, merma de ingresos y aumento de las necesidades sociales, sus demandas no solo siguen vivas sino que son más acuciantes que nunca. La crisis provocada por el covid va a someter al gasto público a una enorme tensión, que solo se aliviará si responde a una hoja de ruta de prioridades lo más consensuada posible por los agentes políticos, económicos y sociales. Y el consenso en favor de unas pensiones públicas dignas y garantizadas no es lo suficientemente amplio y sólido todavía. Así lo entienden los colectivos que se suman tras la pancarta y que volverá a estar presente desde mañana.