Nada más lejos de mi pretensión que comparar las sagradas croquetas con las personas idiotas. En mi casa lo de las croquetas es cosa seria, sobre todo las de carne del cocido. Por eso, y para celebrar que es hoy es el Día Internacional de la Croqueta -ahí es ná lo del ojo y lo tenía en la mano- ayer me pegué una pechada de manufactura croquetera. Hay que hacer un homenaje a este producto que permite el aprovechamiento de sobras como ninguno. Hoy en día se nos ofrecen croquetas de todos los gustos, incluso de bogavante. A ver, tampoco es eso. Yo creo que si me compro un bogavante no quedarían ni las antenas pero, si quedan, pues para las croquetas. A estas alturas pensarán ustedes, ¿y los idiotas? Pues aquí se los presento: todos aquellos que han comprado las velas con olor a la vagina de Gwyneth Paltrow a 67 euros la unidad. Y se describe el olor de la velita de marras como una mezcla de geranio, bergamota y cedro rosa de Damasco. Lo que es el olor típico a vagina. En fin, ahí lo dejo. No lo podría pasar por alto y lamento mezclar en estas líneas las excelsas croquetas con los idiotas de manual. Vuelvo a las croquetas. A estas les dedico hoy un zorionak aunque, perdón por mi ignorancia ¿en qué otros lugares del mundo se puede celebrar este día? ¿Hay croquetas rusas?